jueves, 3 de mayo de 2018

LOS DESTERRADOS DE LA CASTILLA PROFUNDA.


               LOS  DESTERRADOS  DE  LA  CASTILLA  PROFUNDA

Fueron años de ir callando, viendo las cosas injustas, yo era niño y fui anotando, los desprecios que no gustan. Un personaje de historia, marcó sus reglas de vida, el que no le caía bien, tuvo que emprender la huida. Hombres con mentes inquietas sin comentar su salida, vieron la noche su meta y el rumbo de su partida. Aferrados al silencio, como quien marcha a escondidas, unas sombras tenebrosas les dieron la despedida. Los motivos nadie sabe, las palabras reprimidas, el humano si algo esconde no quiere gente en su huida. Aquellos años de plomo, con farolas encendidas, hubo gentes con decoro que abandonaron su villa. Castilla siempre llorando, en sus horas reprimidas, atrás quedaba sembrando mucha y penosa semilla. Grama, mielgas y cardillos en muchas fincas crecían, y las gentes desterradas nadie sabe dónde irían, Pasaron meses y años en tan triste letanía, y algunos hombres volvieron para saber de su villa, recogieron los saludos, algunos con alegría, otros tan solo dejaron su penosa sintonía. Los años de los destierros, eran tristeza en su vida, caminaron por los cerros, buscaron tierra perdida. Años llenos de miseria, entre la pena afligida, en aquellas noches serias los sueños les daban vida.  Entre cantos de sirenas y palabras imprimidas, sintieron ver sus condenas entre sombras escondidas. Años de penas calladas, que buscaban las sonrisas, entre murallas cargadas con muchas malditas brisas. Castilla pobre  y callada, Castilla lloró afligida, al ver que su gente amada se marchaba confundida. Eran años de castigos, eran sendas escondidas, dónde quedaron amigos, con las manos extendidas. Se han pasado muchos años, se quieren curar heridas, habrá que olvidar los daños que sufrieron ciertas vidas. Humanos sin ser humanos, católicos de mentira, los hombres si son cristianos piensan que existe otra vida. De nada valen consejos, ya la etapa está perdida, viendo las cosas de lejos, ves cómo fue aquella vida. Desterrados del silencio, sin campanas ni octavillas, se llevaron el desprecio de caciques de sus villas. Años llenos de misterio entre palabras sentidas, en algún momento serio vieron sus vidas perdidas. Hubo sendas de lamentos, con miserias distinguidas, les faltaron alimentos y les sobraron heridas. Puede que siga callada una enorme mayoría, la historia está condenada a ver que la noche es fría. No se callaron los vientos, ni se perdieron los pinos, atrás se ven sufrimientos de los penosos destinos. Desterrados sin motivo, sin entender las razones, sin conocer adjetivo que les diera explicaciones. Sombras del tiempo pasado que quieren buscar olvido, más el que fue condenado no debe estar escondido. No vale todo en la noche, si la vida es don divino, el cielo guarda el reproche a quien destruye el camino.

Desterrados en la noche, sin conocer su mal signo, nadie debe hacer derroche

de ser brutal asesino.        

              G X Cantalapiedra.

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