DESDE LA CRUZ
DE LA GRANJA
En aquel lugar
vistoso
donde la Cruz se
encontraba,
era el paisaje
gozoso
y a La Seca se
miraba.
Cuantas veces
siendo niño
por aquella cima
andaba,
y en la Cruz supe
del guiño
que la tierra te
mostraba.
Aferrados al
destino
de una cima muy
marcada,
La Granja tuvo
ese signo
de ver la Villa ocultada.
Lasecanos por el
mundo
con los
recuerdos perennes,
nadie dice que
es absurdo
el vivir esos
vaivenes.
En la cima de La
Granja
el viento corre
deprisa,
desde allí se ve
la franja
de La Seca y su
cornisa.
Aquella Cruz de
madera
repleta de
sentimientos,
era como una
bandera
haciendo frente
a los vientos.
Como un Faro
lasecano
La Granja sigue
luciendo,
aquella Cruz del
Cristiano
parece que la voy
viendo.
Cuando se viven
recuerdos
de otros años ya
olvidados,
vuelven los
momentos cuerdos
sobre los altos
pisados.
La Granja sigue
presente,
y hay quien la
tiene a su lado,
si está de La
Seca ausente
ve la Cruz de
aquel pasado.
G X Cantalapiedra.
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