viernes, 23 de marzo de 2018

CUANDO PISO EN ALICANTE


CUANDO  PISO  EN  ALICANTE
Cuando piso en Alicante
mi corazón se emociona,
de pronto viendo al instante
ese mar que me ilusiona.

Palmeras, grandes palmeras,
repletas de fantasía,
que soñaron primaveras
en perfecta sintonía.

Ramblas llenas de alegría
con sus árboles triunfantes,
calles que dan simpatía
sin verlas nunca arrogantes.  

Alicante tiene días
que son brillos de diamantes,
en algunas noches frías
se ven calles expectantes.

La Explanada me seduce
cuando termina la tarde,
me parece ser el cruce
de ese mar que es un alarde.

Alicante de palmeras,
con gestos siempre de amantes,
sus aires tienen esperas
de momentos arrogantes.

Quien pudiera cómo el viento
noche y día saludarte,
sin notar el sufrimiento
de nunca poder mirarte.

Alicante de claveles
con sus rosas imperiales,
eres tierra de placeres
y mujeres naturales.

Hoy quiero verte despierta
con tu música a raudales,
el alma le tengo abierta
para saber lo que vales.           
     G X Cantalapiedra.

EL BURGO DE OSMA EN SILENCIO


EL  BURGO  DE  OSMA  EN  SILENCIO
El Burgo de Osma es historia
cargada de complementos
con sus épocas de gloria
y tiempos de sufrimientos.

Todo pasa y poco queda
los hombres vamos pasando
y si la vida se enreda
a veces vamos llorando.

Los silencios en El Burgo
tienen mucho de conciencia,
a veces son ese yugo
que pide siempre clemencia.

El Burgo guarda silencio
sin preguntar el misterio,
la vida tiene su precio
con ese final tan serio.

El Ucero siempre marca
con sus brisas heladoras,
parece que nos embarca
en muchas penosas horas.

Piedras que guardan historia
con sus terribles momentos,
algunas tienen memoria
a la vez que sentimientos.

Los silencios no se compran
ni quieren buscar caminos,
y casi nunca decoran
los sufridos desatinos.

Llantos que guardan misterio,
entre sueños deprimidos,
el alto del cementerio
deja los sueños perdidos.

Silencios del Burgo de Osma,
hoy silencios comprendidos.
La Cruz que existe en su loma
hace a los vientos erguidos.
     G X Cantalapiedra.

ESTACIÓN DE LA POVEDA


ESTACIÓN  DE  LA  POVEDA
Estación de La Poveda
como si fuera un desierto,
toda su historia se enreda
en ver el contorno muerto.

Las vistas al horizonte
son caminos del olvido,
a lo lejos queda un monte
y el Jarama que va herido.

Vientos recorren sus vías
que dejan sueños despiertos,
cuando amanecen los días
se notan mil sufrimientos.

Van azotando los vientos
cómo feroces guerreros,
parecen tener alientos
por esos negros senderos.

La Poveda de testigo
entre vientos invernales,
debe de ser un castigo
tantas fuerzas naturales.

El metro viene deprisa
cómo quien busca jornales,
dicen que lleva esa brisa
de sentencias siderales.

El Jarama se le nota
aunque exista una distancia,
a veces su brisa flota
con su fría extravagancia.

La Poveda se divisa
cómo perdida en el tiempo,
la soledad hoy la eclipsa
a la vez del fuerte viento.

Está soledad me asombra
cuando nos llega la noche,
La Poveda tiene sombra
que suele ser un reproche.
      G X Cantalapiedra.

QUE NO ME DUERMAN CON CUENTOS


QUE  NO  ME  DUERMAN  CON  CUENTOS
Dejar los cuentos tranquilos
para descansar sin prisa,
no quiero escuchar suspiros
envueltos en cierta risa.

Que no me duermo con cuentos
en las tardes de tormenta,
que me sobran los alientos
sin esperar nunca renta.

Estos cuentos infantiles
que les guarde en mí memoria,
me parecen inservibles
aunque nos hablen de historia.

Hay cuentos que van volando
sin esperar cuenta cuentos,
mientras yo sigo pensando
que  no quitan sufrimientos.

Cuentan que la vida es cuento
me lo dijeron de niño,
a veces nos llega el viento
para dejar su mal guiño.

Estos cuentos infantiles
que nos dejan relajados,
no los quiero en mis rediles
ni en mis mesas descansados.

Esos cuentos desgarrados
que pueden marcar la vida,
fueron pasos enmarcados
en alguna despedida.

Que no me duerman con cuentos
en las noches de verano,
que tengo mis sentimientos
de ser un sufrido humano.

Cuentos de pura leyenda
sobre Campos de Castilla,
que quieren borrar la senda
de mucha gente sencilla.
      G X Cantalapiedra,

jueves, 22 de marzo de 2018

ERAN TIEMPOS DE SANCIONES O MULTAS POR TRABAJAR LOS DOMINGOS


ERAN  TIEMPOS  DE  SANCIONES  O  MULTAS  POR  TRABAJAR  LOS DOMINGOS. 
En los años de mil novecientos cincuenta y algo, En la Castilla Profunda, estaba prohibido trabajar en festivos, desde el pulpito el cura de la villa, lo publicaba, diciendo que se pondrían sanciones, a los que faltaran a las órdenes divinas, por salir a trabajar al campo, o los huertos pegando a las casas. Todo aquello era una forma de represión, sobre las familias más necesitadas, que casi siempre eran numerosas, mi Padre fue sancionado dos veces, con la cantidad de doscientas cincuenta pesetas, por multa, que venían con el membrete del gobernador, que las impuso la guardia civil de La Seca. Por mandato de las autoridades locales, que se regían por las órdenes del cura párroco, que una vez llegado Junio, levantaba tal prohibición, para la recolección de cereales y lo mismo en vendimia. Se dieron algunos casos, que sin ir a trabajar, solo el ir de visita a ver alguna finca, les sancionaron, y otras personas que se marchaban a por leña  a los pinares, tenían que venir de allí el domingo por la tarde noche, para no ser sancionados. Todo aquel cumulo de malas leyes, hicieron que los pobres obreros, fueran más pobres, ya que los sueldos o jornales de la agricultura, eran de pura miseria, y los domingos la mayoría iba a trabajar en sus pequeñas fincas, que les ayudaban a que su economía fuera un poco mejor. Las multas impuestas, las pasaba a cobrar la guardia civil, y sí no las pagabas, podían llevarte a la cárcel, suponiendo que no estuvieras fichado por rebelde o no católico, cómo era la clase obrera de entonces en La Seca, que la mayoría solo pisaba en la iglesia, en entierros bodas y bautizos, y aquellas medidas, no les inducían a practicar ninguna clase de religión. Aquellos años mucha gente se marchó de emigrante, para perder de vista a las cacicadas, que se sufrían en la Castilla Profunda, y que años después lejos de La Seca, se comentaban hasta en los entierros, o duelos, para recordar cómo la gente humilde y honrada, pasaban aquellos años de miseria. Con muchas deficiencias económicas, y algunos para poderse marchar a la inmigración, tuvieron que vender burros y gallinas, para poder llevar en la cartera, dinero para poder pagarse el viaje, unos a la tierra Vasca, y otros a diferentes lugares de España o el extranjero, Algunos de ellos, aún recuerdan aquellos momentos amargos, que para pagar alguna de esas multas, tuvieron que recurrir a familiares o amigos íntimos, porque su economía era deficitaria, y debían dinero a panaderos comerciantes, o simplemente al herrero, que les arreglaba sus herramientas de trabajo. Los años no han hecho, que aquellas injusticias, con la clase obrera más necesitada de aquellos años, se hayan del todo olvidado, algunos nietos recuerdan de a ver oído en su casa, dichas historias, que tan solo sirven para odiar algunas personas de aquella época de miseria y hambre, En un entierro en Madrid hace unos 30, años, alguien de La Seca me comento. “Tuvimos que sufrir muchas injusticias, y cada vez que recuerdo aquello, me siento mal, seguro que me moriré, sin volver jamás a La Seca”. Aquello se me quedo grabado, aquel hombre tenía sus razones, y las explicaba sin hacer uso de palabras gruesas ni insultos, pero me dejo sus huellas. Era una persona entonces mayor, hoy seguro que ya no vivirá. Pero esto que hoy escribo, tiene mucho de lo que el me comento, quizá sí desde el cielo lo pudiera leer, se alegraría, de poder ver, cómo se puede escribir, y llamar a las cosas por sus nombre,
                G X Cantalapiedra.

QUE NO SIRVEN LA CENIZAS


QUE  NO  SIRVEN  LAS  CENIZAS
Que no valen las cenizas
para borrar ciertas plagas,
hay muchas noches plomizas
donde la conciencia embargas.

Cenizas que son rencores
de alguna fecha pasada,
donde se sufren dolores
en alguna encrucijada.

Amarrados al destino
cuando la vida es amarga,
sufriendo por el mal signo
de la pena que se alarga.           

Puede ser que las cenizas
vuelen en la madrugada,
cuando las penas deslizas
la memoria sigue atada.

Voy caminando en la noche,
con las penas ocultadas,
sin querer vivir reproche
en las sendas marginadas.

Los silencios del abismo
no tienen fecha marcada,
palabra que acabe en ismo
debiera de ser borrada.

Hay cenizas sin complejos
que jamás tuvieron calma,
a veces se ven de lejos
pero nadie las reclama.

Cenizas que van volando
por los caminos de España,
quizá vayan recordando
que existe mucha alimaña.

Cuando las penas se ocultan
entre versiones cerradas,
muchas cosas te disgustan
de personas mal centradas.
  G X Cantalapiedra.

HIELOS QUE SON TEMEROSOS


HIELOS  QUE  SON  TEMEROSOS
Hielos que llegan volando
por los campos bien cuidados,
al tiempo que van dejando
los viñedos congelados.

En la tierra castellana
con un cielo azul muy claro,
temen venir la mañana
con un hielo de descaro.

Llegan los vientos del norte
con sus fríos recargados,
y parecen el resorte
de dejar campos dañados.

Las llanuras lasecanas
en esas noches tan frías,
sienten las cosechas vanas
al ver los penosos días.

Hablan de los cielos rasos
con sus ráfagas heladas,
que al viñedo dan fracasos
en las frías madrugadas.

Lasecanos del silencio,
labradores campechanos,
humanos con el desprecio
que ven temblar ciertas manos.

Esos hielos temerosos
que quisieran ser profanos,
les notamos horrorosos
entre sentimientos vanos.

La Seca guarda silencio,
los viñedos van brotando,
el brote nunca fue necio
y sueña con ir brillando.

Temerosos de su viento
que sopla causando estragos,
marcará los sufrimientos
de los penosos embargos.                     
    G X Cantalapiedra.

miércoles, 21 de marzo de 2018

COMO HA CAMBIADO MADRID


CÓMO  HA  CAMBIADO  MADRID
En los últimos treinta años
Madrid cambio de paisaje,
se superaron peldaños
y parte del vasallaje.

Barrios que son fortalezas
de personas poderosas,
donde se guardan noblezas
con viviendas muy dichosas.

Otros barrios son los cruces
de multitud de culturas,
que parecen ser las luces
de las nuevas amarguras.

La convivencia se nota
aunque no falten los roces,
en el ambiente que flota
ves los lamentos precoces.

Madrid posada brillante
para quien siembra dulzura,
más no quiere al arrogante
que se llena de locura.

Sentir la voz de la calle
sin poner jamás barreras,
es conocer al detalle
lo que marcan las fronteras.

Vientos llenos de malicia
nos pueden dejar heridos,
Madrid sí quiere justicia
para los hechos sufridos.

Entre brisas y lamentos
Madrid respira humanismo,
y no quiere sufrimientos
ni apoyar al tremendismo.

La vida tiene sus reglas
de respeto al diferente,
más sí las fuerzas despliegan
las leyes verán de frente.
     G X Cantalapiedra.

RECUERDOS DE LA BODEGA COOPERATIVA


RECUERDOS  DE  LA  BODEGA  COOPERATIVA
En mis recuerdos de niño
que tuve siempre en la mente,
viendo gestos de cariño
con mucho dolor presente.

Al final de la mañana
entre mantas militares,
aquella tragedia humana
dejo mella en los hogares.

La muerte dejó sus huellas
sobre los tinos del vino,
los gases como centellas
sembraron el desatino.

Entre las mantas envueltos
delante de la oficina,
aquellos dos hombres muertos
los mantengo en mí retina.

Primitivo les transporta
en aquel viejo camión,
y La Seca toma nota
al vivir desilusión.

Trabajadores honrados
que sufrieron confusión,
en los momentos narrados
les falló su profesión.

Un tino fue su condena
sin encontrar solución,
la muerte dejó la pena
llorada con impresión.

En mis años infantiles
sin conocer las barreras,
vi de cerca los perfiles
de muchas viejas quimeras.

La Seca tuvo lamentos
de desgracias mal contadas,
que arrastraron sufrimientos
entre sus gentes calladas.
     G X Cantalapiedra.

AQUELLA NOCHE QUE LADRABAN MUCHO LOS PERROS


AQUELLA  NOCHE  QUE  LADRABAN  MUCHO  LOS  PERROS
Aquel día del mes de septiembre, dos amigos que se habían marchado desde su villa, hasta Medina del Campo, para pasar allí el día de fiesta, después de metido el sol, ya que aquellos días eran de ferias y fiestas en la ciudad castellana, decidieron volver de nuevo a su casa, la noche se iba cerrando, y los once kilómetros que le separaban de su vivienda, por aquel camino o carretera sin asfaltar, ya que era el año de 1954, cuando los trasportes eran caros y malos, y la economía no estaba demasiado boyante, los dos amigos con sus ánimos, se decidían el andar todo aquel recorrido, sin pensarlo demasiado. Su caminar era rápido, y las piedras que estaban sueltas sobre el suelo de tierra, salían volando en la noche estrellada. Una vez pasada la famosa Chinarrera, los dos amigos vieron una especia de estrella voladora, que les impuso un temor en la oscuridad, en aquellos llanos, de viñedos y tierras de cereales, ahora olivares, el miedo les empezó hacer mella, lo que ellos pensaron que era una estrella, se acerco hasta el suelo de las viñas, y sus resplandores, eran tremendos, los rostros de los dos amigos, parecían ser rojos oscuros, y se dieron cuenta al caminar, que aquello no era normal, un amigo dijo al otro, no hables nada, no sea que esto sea una máquina de guerra en prácticas anduvieron por aquel llano cómo unos tres kilómetros, el vehículo o nave, no se movió en ese tiempo, pero al iniciar la bajada de la Cuesta del Calvillo, aquel artefacto grandioso, con luces por todos los lados, inicio una pasada, sobre las cabezas de los dos amigos peatones. El miedo se apodero de los dos amigos, tirándose cada uno a la cuneta por separado, sin que la nave hiciera nada por intentar retenerlos o eliminarlos, La velocidad que emprendió la nave, era demasiado rápida, para compararla con los aviones de aquellos años, los dos amigos se  quedaron con sus mentes en blanco, jamás habrían visto una cosa parecida, aún les faltaban unos cuatro kilómetros, para llegar a su villa, pero decidieron no contar nada, pensando que les llamarían borrachos y juerguistas, además tenían fama de personas un poco divertidas, y nadie les iba a creer, su historia nocturna de miedo, les dejo medio paralizados, no fueron capaces ni de comer uvas, ya que aquella noche aún no había empezado la vendimia, que en aquellos años se efectuaba a primeros de octubre. Sobre las doce de la noche, llegaron a sus respectivas casas, ninguno de los dos amigos, contaron nada, eran hombres con casi 40, años y solteros, sí hubieran soltado algún comentario, en aquel momento, se hubieran reído de ellos toda su villa. Luego años más tarde, en un comentario de café bar, alguien conto lo mismo que ellos habían visto, aquel otro hombre, venía desde el mismo lugar, hacia su villa, pero sobre una tartana de ruedas neumáticas, tirada por un hermoso caballo, que aquella nave le asustaba, y de vez en cuando intentaba espantarse de aquel objeto luminoso, parece ser que el caballo relinchaba, cómo queriéndose defender de algo que nunca había visto. En el café los tres hombres explicaron lo que ellos pudieron ver, los demás hombres que estaban allí, les decían.” Habías bebido mucho en Medina, y en el camino hasta visteis fantasmas, sí eso fuera verdad, las autoridades y la radio, lo hubiera dicho”, eso decía el más atrevido de todos los conocidos, que allí se encontraban, en aquel café todo parecía un cuento, y nadie les paso a creer, tan tenebrosa historia. Más alguien debió de ver lo mismo, un pastor que cuidaba sus ovejas, entre teleras por las noches, vio cómo sus perros se alborotaban, y no dejaban de ladrar en lo que la nave se encontraba sobre el suelo, el pastor, parece que llego a estar muy cerca de aquel artefacto o nave, pero un olor raro nunca sufrido, le hicieron retroceder hasta su corral de ovejas, y desde allí vio su partida hacia el cielo,  sin poder entender aquel misterio del mes de septiembre, cuando en Medina del Campo, la verbena se encontraba en pleno auge. La historia se quedo cómo sí hubiera sido un cuento, y los amigos de estas diferentes personas, no les llegaban a entender nada, ahora que Iker Jiménez saco algo de esa zona en Cuarto Milenio, las mentes se pusieron de nuevo en marcha, para recordar algo que nunca nadie les entendió. 
                                              G X Cantalapiedra.         20 – 3  - 2018.        

martes, 20 de marzo de 2018

ESCUCHANDO AL VIENTO


ESCUCHANDO  AL  VIENTO
En esta noche de marzo
con el viento machacando,
siento su fuerza de mazo
sobre el cristal tropezando.

Este viento sin conciencia
que busca nuevos caminos,
se llena de intransigencia
con sus momentos malignos.

La noche marca pesares
que rompen las emociones,
se le teme en los hogares
por sus malas vibraciones.

Hablan de vientos feroces
que arrastran los fuertes pinos,
ellos no temen los roces
ni sus malos desatinos.

Estos vientos tenebrosos
que quieren cambiar destinos,
parecen más vanidosos
cuando no se escuchan trinos.

Escucho la serenata
de sus fuertes remolinos,
la noche se vuelve ingrata
sin los momentos divinos.

Vientos que dejan sus huellas
de penosas marabuntas,
nunca fueron noches bellas
el ver muchas fuerzas juntas.

Los cristales temblorosos
sienten la fuerza del viento,
y no se sienten dichosos
al pasar tal sufrimiento.

No quiere callar el viento
en esta noche tan fría,
parece tener aliento
que no se fue con el día.
    G X Cantalapiedra.
     20 – 3 – 2018.            

VIENTOS DE LA PRIMAVERA


VIENTOS  DE  LA  PRIMAVERA
Vientos de la primavera
llenos de ráfagas frías,
parece que nos espera
sentir sus melancolías.

Estos vientos heladores
que marcan muchos las fechas,
parecen contempladores
de ver cómo trazan brechas.

La nieve vino de paso
en esta mañana fría,
luego notó su fracaso
entre gestos de alegría.

Corren brisas tentadoras
sobre los altos de sierra,
han pasado pocas horas
de que el invierno se cierra.

Estos fríos heladores
que saben marcar distancia,
nunca son consoladores
de dejar mucha elegancia.

La primavera llegando
entre fríos temblorosos,
la gente se va quejando
de sus vientos horrorosos.

Estas fechas son marcadas
por sus pasos temerarios,
dejando calles heladas
cómo sí fueran calvarios.

Vamos buscando caminos
en la dulce primavera,
y logramos desatinos
mientras la nieve se altera.

Primavera de cantares
entre flores elegidas,
existen bellos lugares
con sus rosas protegidas.
     G X Cantalapiedra.

LAMENTOS EN CASTELLANO.


LAMENTOS  EN  CASTELLANO
Cuando presumes de vida
sin entender de pasiones,
eres la bala perdida
que solo da confusiones.

Vienes pregonando amores
en tus frases presumidas,
sin entender de dolores
ni de palabras fingidas.

Ya te llegaran lamentos
para que puedas contarlos,
y veras los sufrimientos
que muchos has de pasarlos.

Lamentos en castellano
en tus tristes singladuras,
debes de sentirte humano
y no cometer locuras.

Atrás dejaste tu tierra
entre personas amadas,
no vayas buscando guerra
entre frases mal sonadas.

Lamentos que se evaporan
al llegar las madrugadas,
a veces tan solo imploran
ver tus lagrimas borradas.

En los ecos del camino
veras tus huellas guardadas,
no quieras ser adivino
con palabras encantadas.

No te lamentes llorando
al llegar la madrugada,
cuando se vive penando
la conciencia está callada.

Lamentos, solo lamentos,
con la vida sentenciada,
a veces corren los vientos
sin entender su pasada.
      G X Cantalapiedra.

lunes, 19 de marzo de 2018

LAVAPIÉS Y SUS COMPLICACIONES


LAVAPIÉS  Y  SUS  COMPLICACIONES
Se repiten las historias
entre distintas culturas,
algunas viejas memorias
hoy comentan amarguras.

Cuando se rompen silencios              
entre brisas turbulentas,
a veces crecen desprecios
viendo soluciones lentas.

Este barrio de costumbres
que practico el casticismo,
hoy puede sentir las lumbres
mientras se nota el abismo.

Las palabras quedan rotas
cuando se pierden razones,
luego llegan las derrotas
rompiendo los corazones.

Gentes de distintas razas
hacen latir las pasiones,
lo ven sus bonitas plazas
entre bruscas sensaciones.

Calles que fueron leyendas
de aquel Madrid verbenero,
hoy tiene distintas riendas
con gente del extranjero.

Cuando los gritos se escuchan
con sonidos temerosos,
Madrid no quiere esas luchas
de momentos horrorosos.

Lavapiés es hoy historia
de culturas diferentes,
que algunos la llaman gloria
entre brisas penitentes.

Leyes que marcan la vida
sin hablar jamás de razas,
Madrid es senda querida
que no quiere perder bazas.
      G X Cantalapiedra.

MADRID SOÑANDO CON LA PRIMAVERA


MADRID  SOÑANDO  CON  LA  PRIMAVERA
Está la ciudad despierta
soñando la primavera,
aunque tiene puerta abierta
llegando el frío a su vera.

Las praderas esperando
los calores de templanza,
hay fríos que van marcando
alguna buena esperanza.

Estos días invernales
que se vuelven tenebrosos,
nos parecen más normales
cuando vivimos dichosos.

Un vendaval va llegando
con sus ráfagas de viento,
Madrid lo viene notando
al sentir su frío aliento.

Primavera de esperanzas
entre flores y jardines,
conviviendo con las danzas
en muchos de sus confines.

Vienen las flores brillando
sobre las verdes praderas,
y el sol las llega adorando
en las dulces primaveras.

Luces que rompen silencios
en las duras madrugadas,
donde se sufren desprecios
entre brisas congeladas.

Madrid se viste de verde
en sus parques bien cuidados,
donde el invierno se pierde
entre fríos trasnochados.

La primavera sintiendo
sus colores naturales,
Madrid lo sueña ir viviendo
con alegría a raudales.
     G X Cantalapiedra.