AQUELLA MUJER
QUE TERMINO DE
BRUJA, TEMIDA EN SU
PUEBLO.
Eran los años de final del siglo diecinueve, y
en aquel pueblo castellano, se vivía con muchas deficiencias, sobre todo de
salud, donde la señora Anastasia, atendía a muchos partos, incluso a las
matanzas del cerdo casero. Eran años difíciles, para algunas personas el poder
sobrevivir, sin tener ninguna pensión ni otras ayudas complementarias, y encima
ser viuda sin ningún recurso. La señora Anastasia se vio obligada, a usar sus
facultades de brujería, vendiendo hierbas que curaban ciertas enfermedades, y
en aquel pueblo, al no existir medico, ella repartía y vendía sus potingues
curanderos, paso a paso y día a día, la economía la iba fallando, y para no
morirse de hambre, recurrió a robar algún cordero, para subsistir sin morirse,
sus brujerías iban calando, en aquella población medio analfabeta, y temerosa
de sus grandes fallos, que paso a paso, les llevaban a la desesperación, ya que
al no poder ella asistir a todos los nacimientos, hubo niños que nacieron tarde
y mal. La señora Anastasia, con sus pelos largos sin peinar, y su mala
economía, tuvo que abandonar la casa donde ella vivía, para marcharse a la zona
de bodegas de dicho pueblo, y en una de las bodegas abandonadas, se metió a
vivir sin pensarlo mucho, algunos vecinos se acercaron para darla cereales y
leña, que durante algún tiempo ella cocinaba, pero su vista la fallaba, sus
fuerzas eran cada día mucho más pequeñas, y entonces empezó el mito de su gran
leyenda. Algunos vecinos dicen que por las noches, sentían su voz volando sobre
una gran escoba, y que los animales en cuadras y corrales, no podían estar
tranquilos, todo el pueblo ardía en ascuas, mucha gente estaba agradecida a
ella, ya que ayudo a que muchos jóvenes pudieran venir a este mundo, y aunque
algunos vecinos su incultura era bastante grande, hablaban entre ellos,
diciendo, no debiéramos a ver apartado de este pueblo a la señora
Anastasia, y mucho menos decir que es
una bruja, ya que antes comimos los chorizos y morcillas hechos por sus manos,
y casi todos los jamones ella los arreglaba, para ser el plato más mimado por
nosotros, es imposible que sea una bruja, ya que sí así fuera, estamos todos
dentro de su brujería, y condenados a ser discípulos suyos, un joven de
aquellos, se acerco con un carro de mulas, cargado de leña de los pinares,
dejando toda su carga en la puerta de aquella que había sido bodega, y ahora
una cueva habitada, por aquella mujer, que estaba en la más dura indigencia, y
en aquellos días del invierno castellano, con heladas abundantes, la vendrían
bien, para poder calentarse. Todo transcurría entre brumas y miedo, las
conciencias de aquellos hombres de aquel pueblo, no podían estar tranquilas,
las sombras de una bruja por la noche, la sentían sobre las verjas de sus ventadas de hierro, con sacudidas enormes
que parecían sonidos de campanas, en aquellas noches heladoras, nadie se movía
de sus camastros, aunque el ruido les hacia despertar, y por entre sus ventanas
notaban sombras errantes, se quedaban metidos entre las mantas, para ocultar
las llamadas a su conciencia, el nombre de aquella mujer aparecía día a día,
pero todos los vecinos del pueblo, ocultaban su misterio, nadie la podía ver,
ni querían verla, por miedo a que les llamara de todo menos buenas personas.
Pasaron más de cinco meses, y nadie sabía de su estado físico, ni se atrevía a
bajar aquella bodega cueva, para saber sí la señora Anastasia aún seguía viva.
Solo el joven que la llevo el carro de leña, se acerco a la cueva, y desde su
puerta grito llamándola por su nombre, el silencio se dejaba escuchar, y el eco
de la cueva no respondía, solo después de varios intentos, pudo escuchar con
bastante claridad, “Ya no estoy viva, pero marcha en paz, este pueblo se merece
la maldición por su poca humanidad”. Un temblor de miedo y de sentirse
deprimido, le hizo mella aquel joven, que no tardo en ir a su alcalde a
contarle parte de lo ocurrido, sin hablarle de lo qué pudo escuchar después de
varios gritos suyos llamando aquella mujer. El joven aquel sin pensarlo
demasiado, escogió el camino de la emigración, y marchó buscando otra ciudad
donde pudiera llorar y cantar sin miedos.
G X Cantalapiedra.
jueves, 31 de agosto de 2017
PONTEDEUME SOMBRAS AUSTERAS
PONTEDEUME SOMBRAS
AUSTERAS
Por sus caminos viendo laderas
notas los aires que te desvelan,
Pontedeume rompe barreras
entre las brisas que te consuelan.
Vives los sueños de primaveras
mientras contemplas sus arboledas,
con muchas sombras que son austeras
y algunas veces se vuelven sedas.
Y Pontedeume central lechera
con varias rías y carreteras,
donde las curvas guardan espera
que nos parecen serias barreras.
Casas prendidas en su contorno
que algunas veces lo ves dichoso,
muchos soñamos con el retorno
al ver su mundo tan armonioso.
Sus piedras viejas marcan distancia
entre palabras de aventureros,
en su cultura vi la arrogancia
de sus caminos hoy altaneros.
Rías que vienen con grandes bríos
por esa costa tan arbolada,
en el invierno corren los fríos
viendo a Galicia tan encantada.
Las Fragas de Ume son un motivo
de ver sus sendas siempre anheladas,
cualquiera frase tiene adjetivo
al ver las horas allí pasadas.
En el cerebro siento el paisaje
de ser laderas tan habitadas,
y viendo la ría sin oleaje
hoy me parecen sendas soñadas.
Es la Galicia de sensaciones
con su semblante de marineros,
donde las luces siembran razones,
viendo sus montes e invernaderos.
G X Cantalapiedra.
SORIA TIERRA DE RECUERDOS
SORIA
TIERRA DE RECUERDOS
En los Picos del Urbión
donde las nieves relucen,
la cima guarda emoción
con sus aires que seducen.
Soria tierra de recuerdos
que no buscan el olvido,
en ciertos momentos cuerdos
ves su entorno algo elegido.
Pisar la tierra soriana
con sus pinos y leyendas,
es conocer la mañana
que guarda bonitas sendas.
Paisajes llenos de encanto
que tranquilizan el alma,
el Duero suelta su canto
mientras que siembra la calma.
En las laderas sorianas
donde divisas rastrojos,
ves costumbres castellanas
de sus campos y despojos.
Recuerdos que tienen fechas
algunas veces grabadas,
iniciales con sus flechas
sobre paredes marcadas.
Soria despierta pasiones
con ermitas de templarios,
donde tiemblan corazones
que fueron ayer calvarios.
En esta tierra soriana
donde los ecos se pierden,
la vida se vuelve sana
y las personas lo entienden.
Silencios de piedras viejas
de sus ermitas de siglos,
sin tener horas complejas
ahora guardan sus sigilos.
G X Cantalapiedra.
SE LE FUERON LOS AMIGOS SIN EL SABERLO.
SE LE
FUERON LOS AMIGOS,
SIN EL SABERLO
En aquel mes de agosto, del año 2016, aquel
hombre venido de tierras lejanas, que había nacido en aquella villa castellana,
el año 1928, sintió escalofríos, al saber que muchos de sus antiguos amigos de
la infancia, ya no existían, fue recordando nombres y apodos, pero su
desesperación era grande, la mayoría de sus antiguos amigos, emigraron a otras
regiones o países, dejando atrás aquella tierra castellana, que en aquel
tiempo, era un lugar de paro, y sin mucho futuro. Sus padres iniciaron el
viaje, vendiendo todos sus bienes y fincas que allí poseían, y que con aquel
dinero, pudieron abrirse camino en un lugar lejano, de su villa de
nacimiento, al regresar a su tierra
castellana, el hombre solo, ya que su esposa hacia tiempo que falleció, y sus
hijos no le quisieron acompañar a ese viaje de recordar sus viejos tiempos. El
hombre no quería saber su edad, tan solo notaba que tenía fuerzas para aguantar
aquel viaje de retorno a su infancia, y
tan solo se dio cuenta exacta de su edad y fortaleza, al ir al Ayuntamiento a
preguntar, por toda aquella relación de amigos, que muchos de ellos, ni
siquiera él sabia sí aún vivían, ya que eran demasiados años de su partida, más
enseguida le dieron la noticia, que allí descansaban eternamente, El tenía 88,
años de edad, y más de setenta sin pisar su villa de nacimiento, todo eran
recuerdos perdidos, hasta las calles y casas habían cambiado algunas de nombre,
quiso saber donde estaban las tumbas, de todos sus seres queridos, y una de las
mañanas madrugo, para visitar el Campo Santo, allí tenía aún a muchos
familiares dentro, con sus nombres grabados, sobre los mármoles de las tumbas, visitó
con el enterrador de su villa, a todos aquellos amigos que allí descansaban,
las lagrimas no le dejaban a veces ni leer sus nombres, todo le parecía un
sentimiento de ausencia obligada, y el dolor de no poder haberse despedido, de
algunos de ellos, aquella mañana de verano, le parecía heladora, aunque la
temperatura en el cementerio, era bastante elevada, se veía mucho más viejo, al
ver cómo todos los amigos íntimos, habían dado el adiós a la vida, y él sin
haberse enterado, le dieron ganas de gritar, y vocear a todo pulmón, el nombre
de aquellos desaparecidos de su villa, amigos de su infancia, pero las
explicaciones del enterrador, le hicieron sentirse mucho más comprensivo, y sin
dejar de caer lagrimas en sus mejillas, entre aquellos altos cipreses, tomo la
salida del Campo Santo, por la calle del Santo Cristo, camino de la Plaza de la
Villa, era de medio kilometro, que él en solitario recorrió, queriendo recordar
a los antiguos dueños de aquellas casas en su época de juventud. Al llegar a la
Plaza, se adentró en el mesón cafetería, y allí dentro entablo conversación con
jóvenes de su villa, que poco a poco, le fueron indicando cómo vivieron y
murieron, aquellos familiares y amigos suyos. Su cerebro no se perdía nada,
entendía de sobra las explicaciones, y detalles del progreso de aquella comarca
castellana, de la Profunda Castilla. El hombre entendía que en sus años de
juventud, fue necesaria la salida de aquel lugar. Y una canción que él nunca
dejaba de escuchar, se le vino a la mente, el final de aquella canción la letra
decía. “Despertar gente tierna, que esta tierra está enferma y no hay nada que
hacer, coge tu mula tu hembra y tu arreo, sigue el camino del pueblo hebreo, y
sí te toca llorar es mejor frente al mar”. Todos aquellos recuerdos, flotaban
en su mente, la salida de su casa, para iniciar una nueva vida, lejos de allí,
las fotos y los pequeños detalles, que toda la familia se llevo a su nueva
casa, eran en aquellos momentos, sus más bellos recuerdos, las lagrimas que
derramo, sobre su villa, le hicieron sentirse más humano. Luego pasados unos
tres días, se despedía de aquella pensión, de su villa y de su gente, a la que
llevaría en el corazón hasta el día de su muerte, El retorno era largo, pero no
le importaba nada, las fuerzas del corazón y la mente, se habían unido, para
terminar el viaje con la única razón, de visitar a sus amigos de la infancia,
aunque estuvieran muertos, para él era un descanso de conciencia aquel regreso
a sus orígenes. G X Cantalapiedra.
EN
HOYO DE MANZANARES
Cuando los vientos se sienten
dejando su melodía,
dicen que allí se presienten
cuando se termina el día.
En Hoyo de Manzanares
hay piedras de fantasía,
que adornan ciertos hogares
dejando mucha alegría.
Casas que tienen historia
de otros tiempos y otra gente,
que quieren borrar memoria
del pasado transcendente.
La vida pasa deprisa
con sus ruidos y vaivenes,
más siempre queda la brisa
de otros tiempos y desdenes.
Hoyo lleno de recuerdos
que siembran melancolía,
hoy que soplan nuevos vientos
temen a la noche fría.
Laderas que son testigos
de una vida placentera,
donde crecen los amigos
entre esperanza sincera.
La sierra tiene en su entorno
muchas sendas
escondidas,
que hacen bello su contorno
cómo rutas elegidas.
Hay caminos y senderos
que se guardan con dulzura,
con sueños aventureros
esperando ser cultura.
En Hoyo de Manzanares
se conocen las delicias,
de esos aires y lugares
que hacen brillar las caricias.
G X Cantalapiedra.
AQUELLA SIERRA MALDITA.
AQUELLA
SIERRA MALDITA
Las palabras se quemaban
entre negras maldiciones,
y en la sierra se quedaban
repletas de humillaciones.
Una cárcel de amarguras
era su triste destino,
donde gestos de locuras
daban luz a su mal signo.
Aquella sierra maldita
que le marcaba las horas,
a veces el viento grita
y la penas le devoran.
Sus sentimientos erguidos
eran parte de sus sombras,
viendo sus sueños perdidos
que de nada ya se asombran.
Maldita sierra de muerte
llena de viejos presagios,
es una ruta sin suerte
en muchos de sus espacios.
Piedras llenas de lamentos
marcan las duras distancias,
con vientos de sufrimientos
que no quieren arrogancias.
Sierra que rompe destinos
sin ecos de extravagancia,
no tiene vientos divinos
ni presume de ignorancia.
Es una sierra maldita
donde sobran las palabras,
sin ver que nada se agita
ni conocer sus pisadas.
En esa cárcel de muerte
nunca existe la esperanza,
a veces el viento advierte
que allí no existe templanza.
G X Cantalapiedra.
CAMINOS DE LA SIERRA DE MADRID.
CAMINOS
DE LA SIERRA
DE MADRID
Entre vientos tenebrosos
voy recorriendo sus sendas,
viendo paisajes dichosos
que algunos parecen prendas.
Voy visitando lugares
repletos de convivencias,
con piedras en sus hogares
donde se viven las ciencias.
Hay caminos en la sierra
que tienen su buen ambiente,
con la memoria que encierra
el transitar de la gente.
Cuando revisas las fechas
de los caminos y puentes,
no ves las rutas derechas
ni los suspiros pendientes.
Pinos que guardan frescura
en las tardes de verano,
piedras grandes de locura
que son granito serrano.
Los pinos guardan la niebla
en las fechas invernales,
y
a veces causan tiniebla
de mil formas naturales.
Piedras que envuelven la vida
entre promesas y besos,
alguna ladera erguida
hoy sueña con los regresos.
En la distancia se sienten
los vientos del Guadarrama,
y sus fríos se presienten
aunque siempre nos den calma.
Los caminos de la sierra
tienen años de leyendas,
por ellos paso la guerra
dejando luto en sus sendas.
G X Cantalapiedra.
30 – 8 – 2017.
martes, 22 de agosto de 2017
GALICIA DESDE
LA LEJANÍA
Desde
la tierra Gallega
donde
se sienten las brisas,
el
corazón se despliega
entre
brumas y sonrisas.
En
la Galicia Profunda
llena
de pura nostalgia,
siento
la magia que abunda
sin
importar la distancia.
Voy
recordando su calma
llena
de bellos motivos,
con
una voz que me clama
entre
bellos adjetivos.
Laderas
llenas de encanto
en
sus costas marineras,
rutas
de algún sobresalto
que
se vuelven altaneras.
Casas
en rutas perdidas
llenas
de viejas historias,
con
pasiones encendidas
que
hacen grandes las memorias.
Estas
brisas que se pierden
entre
los montes hermosos,
tienen
aires que desprenden
momentos
maravillosos.
En
Pontedeume brillando
esa
Galicia Profunda,
es
lugar para ir soñando
donde
la brisa es fecunda.
Sada
la llevo conmigo
sin
olvidarme sus pazos,
algo
se vino de amigo
para
hacer crecer los lazos.
Galicia
sendas grabadas
que
tienen su recorrido,
con
barriadas encantadas
donde
el viento corre erguido.
En
la distancia la siento
para
soñar con su encanto,
y
en mí corazón presiento
habaneras
en su canto.
G X Cantalapiedra.
jueves, 17 de agosto de 2017
CUANDO RECUERDAS CORUÑA
CUANDO RECUERDAS
CORUÑA
Sí
buscas costa elegida
con
ritmos aventureros,
la
ves a Galicia erguida
con
casas de marineros.
Cuando
conoces Coruña
con
todos sus argumentos,
presientes
esa terruña
que
vive los sentimientos.
La
Coruña de testigo
entre
leyendas del tiempo,
es
ciudad del buen amigo
aunque
sople fuerte el viento.
Ciudad
que guarda culturas
de
Fenicios y de griegos,
que
dejaron sus dulzuras
en
sus añorados pliegos.
Celtas
marcando sus ritos,
entre
viejos monumentos,
esta
costa suelta gritos
en
los más raros momentos.
Es
Galicia marinera
que
sabe cruzar los mares,
con
su lluvia placentera
y
el verdor de sus lugares.
Torres
que siguen activas
siendo
siempre vigilantes,
con
sensaciones altivas
que
parecen arrogantes.
Cruces
de viejas culturas
que
marcan caminos viejos,
entre
símbolos de alturas
que
jamás tienen complejos.
La
Coruña marca metas
de
un pasado siempre vivo,
entre
sus costas inquietas
se
percibe algún motivo.
G X Cantalapiedra.
EL MAR INMENSO TE MARCA
EL MAR
INMENSO TE MARCA
Desde
la costa marina
hasta
los altos de sierra,
ves
hermosa la colina
que
tan solo amor encierra.
El
mar inmenso te marca
sin
entender su misterio,
y
en el silencio te embarca
en
cualquier momento serio.
Los
niveles de las aguas
suben
y se ven de cerca,
y
la mente vive en ascuas
al
ver su fuerza tan terca.
El
mar se llena de sueños,
son
las frases marineras,
y
parecen ser pequeños
viendo
vidas altaneras.
Mares
llenos de peligros,
caminos
de noches negras,
barcos
que pegan mil giros
con
sus cartas de cegueras.
El
rumbo se va marcando
sin
mirar a las estrellas,
mientras
se va navegando
en
ciertas noches tan bellas.
El
viento cruza los mares
para
romper su silencio,
y
en sus olas no hay cantares,
tan
solo el peligro necio.
Los
mares marcan caminos
de
sendas con soledades,
sin
querer ser adivinos
viven
sembrando verdades.
Hay
mares que tienen signos
de
tristes fatalidades,
que
nadie les ve divinos
sí
solo dan falsedades.
G X Cantalapiedra.
AQUEL GALLEGO QUE SOÑÓ HACER FORTUNA
AQUEL GALLEGO
QUE SOÑO CON
HACER FORTUNA
Era el año de 1945, en las tierras de Galicia,
cómo en casi toda España, el trabajo era mal pagado en su mayoría, y los
trabajos difíciles de encontrar. Se acababa de terminar la Segunda Guerra
Mundial, y en España se sufría el bloqueo internacional, hacia el régimen del
General Franco. En aquellos momentos apenas llegaban a los puertos españoles,
barcos mercantes con banderas extranjeras. Aunque este hombre de tierra a
dentro de Galicia, había decidido, buscarse un trabajo en alguno de esos
barcos, cosa que logro en un mercante argentino, que había llegado a Vigo, en
aquel día del mes de septiembre, donde este joven hombre con diecinueve años,
sin pensarlo demasiado, se subió a dicho barco. El trabajo era duro dentro del
barco, tan pronto estaba en la cocina de ayudante, cómo en la bodega revisando
mercancía. Más el joven no se sentía apesarado, ya que el sueldo de marino, era
mucho más alto, que aquel que ganaba cuidando ganado en su lugar de Galicia. La
salida de su tierruña, cómo él decía, había sido pensada y meditada, ya que su
novia le comento, que sí no había dinero, mal lo pasarían. Y él sin dudar un
momento decidió embarcarse, sin importarle el destino, tan solo pensaba en su
economía, dentro de aquel barco mercante, donde el trabajo le llevaba con muy
buen humor, y sentido de la responsabilidad. La comunicación con su novia y
padres, era nula, ya que cuando llegaban a un puerto, ni se molestaba en bajar
del barco, y mucho menos en escribir a su novia ni a sus padres, al ser
imposible recibir contestación. Tan solo pensaba en ahorrar dinero, para poder
llegar de regreso a su Galicia querida, y muchas horas añorada. Los meses se
fueron pasando, y cuando llevaba en el barco más de tres años, amarraron en el
puerto de Buenos Aires, donde pudo salir de dicho barco, y conocer gente de su
Galicia del alma. Que trataron de convencerle, para que se quedara en aquella
bonita ciudad, cosa que así resulto, pronto empezó a trabajar en un restaurante
Gallego de esa ciudad, donde existen varios locales con esa denominación. Sus
principios fueron duros, pero se aclimato a su ambiente, y forma de vida, que
tenía mucho parecido con su tierra de Galicia. Pronto escribió a sus padres y a
la que fuera su novia, las cartas tardaron meses en ser contestadas, y para él
un suplicio, ya que la carta de su novia nunca llegó, y la carta de sus padres,
le comunicaban que aquella joven, estaba ya casada, con un hombre más mayor que
ella, de una parroquia de al lado de donde él había vivido, y que era una
persona con bastantes propiedades y dinero. Aquel desengaño amoroso, le causo
mucha melancolía, tenía puestas sus ilusiones en volver a su tierra con dinero,
y hacerla su esposa para toda la vida, pero aquella noticia, le pareció fatal,
ya que sus sueños de muchas noches en los mares del mundo, habían sido para
ella. En aquellos momentos el dinero ahorrado, le parecía una condena, y aunque
trato de consolarse, se le hizo muy cuesta arriba, pasando muchos días y
semanas dando vueltas a su penoso tema. Buenos Aires tenía muchas salidas, para
poderse abrir camino, y poco a poco se fue recuperando de aquel penoso
desengaño, y de nuevo conoció a una bella joven, que también procedía de
Galicia, y que en el futuro seria su esposa, en aquellas tierras de la América
del Sur, llamadas ya entonces, La América Latina, donde sin muchos sobresaltos,
paso sus muchos años de vida, intentando volver a su Galicia del alma, para
poder visitar a sus padres ya mayores y hermanos, además de la familia de su
esposa, donde sus hijos no eran conocidos, habían pasado cuarenta años de su
marcha, todo le parecía distinto, incluso pudo ver a la que fue su novia, ya
viuda, pero su desengaño amoroso, se pudo curar de repente, al verla una mujer
mayor con muchos kilos encima, y sin apenas poder reconocerla, ya que fue un
viejo amigo de su infancia, quien le activo su memoria, diciendo menos mal qué
te marchaste, sí no esa sería hoy tu esposa, alégrate de a ver sido un hombre
libre por los mares del mundo, y de tener esa familia que es un verdadero
tesoro. El final de aquel viaje le hizo feliz, y se marchó de nuevo para
Argentina, con su morriña, pero contento de a ver pisado su Galicia natal. G X
Cantalapiedra.
SOMBRAS DE GALICIA
SOMBRAS DE
GALICIA
Buscando
caminos
llenos
de leyendas,
sin
penosos signos
las
vidas se enredan.
Sombras
de Galicia
sin
ver a sus meigas,
quiero
la delicia
de
músicos Celtas.
La
tierra clamando
su
razón se inventa,
el
viento callando
todo
lo alimenta.
Las
sombras perdidas
corren
las riberas,
sin
verse vencidas
buscan
primaveras.
La
luz de tinieblas
me
parece tensa,
caminos
de nieblas
en
la noche inmensa.
Corriendo
los vientos
las
sombras detestas,
muchos
sufrimientos
se
van con las fiestas.
Los
sueños volando
se
olvidan de sombras,
quieren
ir callando
mientras
que te asombras.
Las
noches descubren
sombras
muy penosas,
que
todo lo cubren
incluso
las fosas.
Sombras
de Galicia,
en
costas dichosas,
son
esa caricia
con
olor de rosas.
G X Cantalapiedra.
miércoles, 16 de agosto de 2017
ALGUNAS SENDAS PERDIDAS
ALGUNAS SENDAS
PERDIDAS
En
la Galicia Profunda
donde
algún monte se pierde,
hay
rincones donde abunda
el
viento que no se vende.
Miro
los montes brillando
con
sus árboles eternos,
al
tiempo que voy notando
cómo
vienen los inviernos.
Algunas
sendas perdidas
completas
de bosque y cielo,
parecen
ser elegidas
para
darnos su consuelo.
La
nostalgia de sus rías
con
ciertos barcos ligeros,
hacen
de mañanas frías
sentimientos
pasajeros.
Quien
pudiera ser amigo
de
los vientos altaneros,
sin
recibir su castigo
ni
sus fríos traicioneros.
Corren
los vientos deprisa
por
los montes y senderos,
al
tiempo llega la brisa
con
ritmos aventureros.
En
La Galicia Profunda
entre
sus bellos senderos,
es
la arboleda fecunda
sin
ser vientos agoreros.
Estas
laderas gozosas
llenas
de sudor y miedo,
me
parecen más hermosas
cuando
comprendo su credo.
Desde
las rías dichosas
donde
brillan los senderos,
se
ven laderas con rosas
de
signos perecederos.
G X Cantalapiedra.
PERSONAJES SIN SENTIDO QUIEREN BORRAR A MACHADO
PERSONAJES SIN
SENTIDO QUIEREN BORRAR
A MACHADO
Personajes
sin sentido
amantes
de la incultura,
tienen
su norte perdido
en
manos de la amargura.
Protagonista
del miedo,
sembradores
de locuras,
abrazan
siempre ese credo
donde
caminan a oscuras.
Derivan
sus intenciones
con
consignas tremendistas,
y
buscan las soluciones
que
son independentistas.
Es Don
Antonio Machado
un
exiliado forzoso,
que
pudo ser condenado
en
su caminar honroso.
Hay
gentes en Cataluña
con
sentidos muy facciosos,
queriendo
meter su cuña
en
personajes dichosos.
Entre
vientos de locuras
y
caminos sin salida,
pregonan
sus amarguras
al
ver su ruta perdida.
Consienten
las corrupciones
de
personajes altivos,
y
muestras sus sensaciones
con
penosos adjetivos.
Nos
pregonan sus leyendas
llenas
de falsa cultura,
y
buscan penosas sendas
entre
frases de incultura.
Machado
dejo sus versos
repletos
de humanidades,
que
algunos les ven suspensos
por sus tristes soledades.
Nadie borrara sus ecos
ni sus buenas intenciones,
puede que existan los tercos
con malignas soluciones.
G X Cantalapiedra.
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