martes, 30 de mayo de 2017

VERSOS LLENOS DE ESPERANZA

VERSOS  LLENOS  DE  ESPERANZA
El verso marchó volando
sin conocer su camino,
al tiempo que fue alegrando
algún triste desatino.

Verso lleno de alegría
de la estepa castellana,
su camino es armonía
y su sencillez humana.

Los caminos de Castilla
tienen sombras del pasado,
algunos son maravilla
que la tierra les ha dado.

Campos llenos de templanza
que sufren su duro frío,
mientras la dura labranza
aguantan su desafío.

Versos llenos de esperanza
en muchos de sus caminos,
campesinos con templanza
que quieren ser adivinos.

Esta Castilla soñada
que tiene grandes destinos,
será siempre tierra amada
sin querer cambiar sus signos.

Versos corren por sus venas
sin conocer los delirios,
Castilla borra sus penas
aunque sufra mil martirios.

Esta Castilla anhelada
que tiene bellos destinos,
sufre por ser condenada
entre sus hermosos pinos.

Castilla tiene leyendas
que a veces dan optimismo,
haciendo grandes sus sendas
sin llegar al tremendismo.

    G X Cantalapiedra.

LE LLEVARON AL HOSPITAL

LE  LLEVARON  AL HOSPITAL
Aquella tarde el sol empezaba  a esconderse, y una ambulancia esperaba en la puerta de aquel hombre, amigo mío, sin tardar demasiado, le bajaron de su casa, y pronto le acomodaron en el interior del vehículo. La sirena de dicha ambulancia sonaba, para abrirse camino por aquel Madrid difícil en circulación. Más su presencia en el hospital, fue bastante rápida, enseguida le buscaron  en Urgencias una sala para ser revisado, de sus dolores y demás asuntos. En cuestión de dos horas, se encontraba en una U, V, I,  donde los cables y la mascarilla de oxigeno, le tapaban casi la cara, incluso una botella del gota a gota de suero, él podía divisar desde su posición, casi del todo sedado, y sin apenas fuerza para poder hablar, en aquellos momentos que él pensaba que se le marchaba la vida, aunque le quedaba esa esperanza, que quizá tuviera esa suerte de poder seguir vivo y con salud. Todo en aquella habitación de plásticos rodeada, con aparatos sobre las dos partes superiores, eran un conflicto para mí amigo enfermo. Aquella noche debió de ser muy dura para él, todo su futuro veía que se acababa, de vez en cuando un enfermero o enfermera, se acercaban para ver cómo aquella cantidad de relojes de control, les miraban para ver su funcionamiento. A la mañana siguiente, dos familiares suyos, pudieron verle durante diez minutos, que a él le parecieron demasiado poco, ya que apenas se dio cuenta de su presencia, durante aquel día, no dejaba de pensar donde se encontraba, y al llegar la noche, dejo a su cuerpo expandido, cómo sí le tuviera que llegar la muerte, pensaba no merece la pena estar así vivo, ni tampoco sí cada equis días, tengo que pasar por aquí, para poder sobrevivir a este calvario, Pensó sí pudiera tomarme algún medicamento, para terminar está vida, lo haría, pero no tenía fuerza ni para ponerse en pie, era un hombre sin fortaleza en aquellos momentos, y su cuerpo era cómo un muñeco en manos de los sanitarios, que hacían con él lo que les parecía o les mandaban, todo era triste y sin pocas esperanzas, intento rezar cómo de niño le enseñaron, para poder apartar de aquel lugar, todas las malas intenciones que se le cruzaban, su mente no dejaba de funcionar, aunque su cuerpo parecía de trapo, y sus instintos le llevaban a un callejón sin salida. Fueron varios días con sus noches, los que mí amigo paso, en aquel lugar del hospital, Luego días después recibió el alta, y volvió de nuevo a su hogar, donde cada noche, se le presentaba aquella dura realidad, de la U,V,I. Su cuerpo en la cama le dejaba distendido, y cada noche esperando, que la Madre Naturaleza se le llevara con ella, siempre pensando que su vida ya tenía poco sentido, el estar aquí medicinándose, y ser una persona, que no podía valerse por el mismo. Cada noche esperaba a que le llegase el final del camino, para que pudiera descansar sin trabas. No quería vivir de esa manera, y aunque su familia le animaban, él no escuchaba sus palabras, yo le visite, y me conto, sus experiencias, la verdad que es muy difícil convencer, a una persona que no quiere vivir su propia vida, y que sus escaleras son tan empinadas, que es muy duro el continuar la vida de esa manera, el me habló de la placidez y el descanso, que se siente cuando entregas tu conciencia y moral, a la Madre Naturaleza, y te confiesas con la mente a tu pasado, y quieres marcharte de este mundo sin dejar cuentas pendientes. Todas estas explicaciones eran para él, cómo un convencimiento de que existía otro mundo más razonable y humano, y que sí te daban allí un sitio, podrías estar demasiado contento. Todas aquellas palabras me dejaron confundido, no estaba loco mí amigo, ni tampoco deliraba, era la misma vida, la que le había puesto en un desfiladero sin salida, y así sucedió, días más tarde fallecía en su propia cama. Ojala haya logrado su paraíso.
         G X Cantalapiedra.           

lunes, 29 de mayo de 2017

BARRIOS POBRES DE MADRID

BARRIOS  POBRES  DE  MADRID
Aquel joven recién llegado a Madrid, para poder conocerle, y algún día no muy lejano, venirse a vivir y trabajar a tan bonita ciudad. Tan solo estuvo diez días, pisando los barrios y las calles, de aquel Madrid, donde entonces existía mucha pobreza, y se llego a meter por calles peligrosas, donde se movía  aquel mundo de la prostitución, eran los años de 1961, aquel joven con solo dieciséis años, quería saber de primera mano, cómo era toda aquella ciudad, donde los suburbios dejaban tanto que desear, llegando a pasar por todo el Arroyo Abroñigal, desde el Puente de Vallecas hasta la plaza de Toros de Ventas, siempre acompañado de un joven familiar que estaba de baja, por un accidente laboral, una mañana se marcharon  a conocer las chabolas del Pozo del Tío Raimundo, y a la vez darse un paseo largo por Entrevías, sin olvidarse del Cerro del Tío Pio, en la parte de arriba de Vallecas, pegando a lo que es hoy la autovía de Valencia, con el gran colegio Tajamar. Recorrieron el pueblo de Fuencarral, y algún que otro barrio de chabolas cómo el Pan Bendito. Conoció lo que años más tarde sería la M, 30, con sus fincas de cebada, y sus pequeños campos de futbol, el viejo Barrio de Bilbao, muy cerca del Cementerio de La Almudena, donde los talleres de mármoles funerarios, eran todo un arte casi en plena calle, ya que se veían a sus artesanos cómo decoraban la piedra y demás productos. Todo aquel recorrido por el Madrid menos conocido, le hicieron aquel joven tomar conciencia, de que en las grandes ciudades, hay seres que viven en la indigencia más absoluta. También llego a visitar, El Corte Inglés, y Galerías Preciados. Que le pareció fantástico sus escaleras mecánicas, ya que era en su corta vida, el primer lugar donde pudo ver ese adelanto de técnica, además de poder bajar al Suburbano, en la plaza de España, donde su profundidad era enorme, aunque tuviera su escalera mecánica, poder visitar la Casa de Campo y Carabanchel.  Aquel joven visito el Rastro, y todos los lugares de Madrid de moda, había reunido un dinero, para visitar Madrid, y fueron pocos días, pero muy bien aprovechados. Cuando llego la hora de partir, hacia su tierra natal, las ideas se retorcían en su cerebro,  por un lado viendo la opulencia de algunos seres humanos, y por otro lado recordando aquellas viviendas infrahumanas, sin agua, ni luz, ni siquiera colchones donde poder dormir, todo aquel viaje estaba cargado de preguntas, y las respuestas se quedaban pobres. Más el joven saco su billete de tren, y se dirigió sin poderse aclarar, de todo lo que había visto en tan poco tiempo, parece que se llevaba en su maleta, un plano guía de Madrid, donde muchas horas más tarde, se dedicaría a poder comprobar los lugares que el visito, y hacer sus cuentas, de lo que es una ciudad grande en expansión. Desde la ventanilla del tren, se quedo perplejo, mirando aquella ciudad que le había enganchado, y enamorado de su ambiente, que conoció de cerca, incluso pisando el Cine Rex, lugar entonces de las películas de terror, en la Gran Vía, madrileña, que ya entonces tenía sus atascos y barullos de circulación. Al llegar a su localidad, todo parecía que era distinto, aunque aquel mismo día, el trabajo le estaba esperando, y entre sus sueños y realidades, sabía que Madrid con el tiempo seria su hogar definitivo, y no quería dejarse llevar por el pesimismo. Aquellos tres años fueron duros, tuvo que sacarse el carnet de conducir, para en un futuro, poder vivir en aquella ciudad, de un trabajo que no fuera cómo el que el practicaba en su tierra, donde el frío y las lluvias dejaban sus huellas. La historia esta es real, y los personajes viven los dos, que en aquellos días, recorrieron Madrid por los cuatro costados,
     G X Cantalapiedra.          

CUANDO EL RECUERDO PERMANECE

CUANDO  EL  RECUERDO  PERMANECE
Aquel día del mes de abril, de hace ahora mismo más de treinta años, entendí cómo aquel hombre, que entonces tendría unos 65, años, me explicaba, cómo abandono su tierra, y que recuerdos tenía de ella. Empezó contándome en aquel velatorio, su niñez, casi traumática, y su juventud sufrida, todo lo que él había pasado en su vida, hasta que con dieciséis años, se decidió venirse a trabajar a Madrid, que según él fue su salvación, y me comentaba todo un montón de atrocidades y malos tratos, que el hombre aquel había sufrido en su pueblo, que para él no era querido, escucharle durante más de una hora, parecía cosa del demonio, pero su relato, no te dejaba quedar tranquilo, sus manos callosas y su frente arrugada, le hacían ser el típico castellano, de la Castilla Profunda. Donde algunas personas tuvieron que pasar muchas calamidades, y muchos desprecios, y aquel hombre que parecía haber sido fuerte, según él recibió algunas palizas, ya que en su casa, no existía liquidez para poder comprar alimentos, y en épocas de uvas melones, e incluso remolacha, sus salidas nocturnas, siempre fueron para llevar a su casa, frutas que no era posible acceder a ellas, por eso un día según él, se decidió marcharse a una ciudad donde nadie le conociera, ni le apuntaran con la mano, Su vida fue dura, al traerse con él a su madre y hermanos, que una vez en la capital, en la época de los años 1947, se acoplaron en una chabola del Arroyo Abroñigal, donde las calamidades diarias, eran la nota de aquel vivir, luego según este hombre, les concedieron un piso en el Barrio de la Elipa, donde pudieron vivir cómo personas civilizadas, Sus recuerdos de aquella chabola, eran los de estar cerca de lo que es hoy día, el Parque de La fuente del Berro, y me comentaba, que con bidones vacios, y otras hojas delatas, consiguieron agrandar un poco aquel hueco, que debajo de la tierra era su vivienda. Toda esta historia me fue contada, en La Avenida Donostiarra, en aquel duelo, que después nos llevaría al cementerio de Carabanchel. Nunca más volví a ver aquel hombre, que tanto me impacto en mí vida. Yo conocí esas chabolas, y además el Pozo del Tío Raimundo, y lleve mercancías en un camión, al Cerro del Tío Pio, nunca tuve en esos lugares ningún problema, aunque siempre anduve con cuidado, de no pasarte de listo, por si acaso caías mal aquella gente, Al despedirme después del entierro, me dijo, quizá nunca le conté a nadie mí verdadero drama, que la verdad es demasiado duro, se ve que su vida desde niño fue un sufrimiento continuo, hasta que, les adjudicaron aquella vivienda, donde empezaron a sentirse personas. Me comentó, Jamás volveré a mí pueblo, ni quiero que mis hijos y nietos, vuelvan por allí, seguro que ya nadie se acuerda de nosotros, ya que de vez en cuando tengo en la memoria, aquellas citaciones del ayuntamiento, para culparme de cualquier cosa desaparecida, y con ello en aquellos tiempos, ya sabias que recibirías una paliza, sin haber sido el culpable de nada. Le di la mano aquel hombre castellano, que me pareció una enciclopedia, de aquellos sufridos años. de vez en cuando paso por esa amplia Avenida Donostiarra, y se me aparece en mí mente, aquella conversación, mientras esperábamos, acompañar aquel hombre de mí tierra, que tuvo una vida movida, y terminó sus días en Madrid. Nunca más he tenido la suerte o fatalidad, de conocer a nadie, que tuviera una vida de juventud tan castigada, Aquel hombre seguro que ya habrá fallecido, pero es muy probable, que su familia de hijos y nietos, no llegaran a conocer su verdadera historia, por eso hoy que han pasado muchos años, me decidí a escribirlo.
                                               G X Cantalapiedra.  

ESTAS FLORES Y ESTOS DÍAS

ESTAS  FLORES  Y  ESTOS  DÍAS
Estas flores y estos días
que nos va dejando mayo,
no tienen las noches frías
ni el calor nos da desmayo.

Flores que dejan sus huellas
adornando los jardines,
rosas que son cómo estrellas
marcando bellos confines.

Rosas de mayo florido
en sus rosales hermosos,
alguna flor ha querido
hacer paisajes dichosos.

Rosas que son de capricho
en los parques bien cuidados,
existe siempre ese dicho,
que hay jardines olvidados.

Rosas blancas, rosas rojas,
rosa que viene brillando,
dicen que luego te enojas
sí te van abandonando.

Voy mirando su textura
y contemplando sus hojas,
es preciosa la hermosura
de flores y rosas rojas.

Estas flores que te marcan
con olores de perfume,
en cualquier jardín te embarcan
mientras la mente lo asume.

Jardineros de belleza
entre flores encantadas,
hay rosas que dan nobleza
en las tardes anheladas.

Rosas llenas de colores
que tienen duras espinas,
flores que saben de amores
y las notamos divinas.

    G X Cantalapiedra.

domingo, 28 de mayo de 2017

AQUELLA NOCHE DE DESPEDIDA

AQUELLA   NOCHE  DE  DESPEDIDA
Aquella noche de despedida,
todos amigos lo lamentaban,
en su palabra quedo afligida
las ilusiones que se alejaban.

Aquella noche de rara vida
se fue llevando muchas razones,
dentro del pecho guardo su herida
mientras lloraba sus emociones.

Entre palabras de buena suerte
y las razones de algún silencio,
en su memoria guardo la muerte
queriendo siempre no ser un necio.

Atrás quedaban muchos cantares
de amores locos sin sentimiento,
eran sus sueños tan naturales
que muchas días le canto al viento.

Entre las brisas de aquellas copas
se fue la noche de aventurero,
algunos hablan de frases locas
que solo buscan ganar dinero.

En los abrazos de despedida
hubo palabras de llanto eterno,
nunca la noche quedo escondida
con frío tenso de algún invierno.

Entre suspiros se fue la noche
con sus recuerdos que se notaban,
nadie en el grupo quiso reproche
de aquellos brindis que allí se daban.

En aquel valle de sufrimiento
donde el regreso quedo marcado,
aquella noche soplaba el viento
teniendo brisas de enamorado.

Hay despedidas que son amargas
que a veces solas marcan calvarios,
luego sus días siempre se alargan
quedando escritas en los diarios.

   G X Cantalapiedra.

sábado, 27 de mayo de 2017

TARDES MADRILEÑAS DE MAYO

TARDES  MADRILEÑAS  DE  MAYO
Madrid se vive sin prisa
recorriendo sus rincones,
que a veces tienen la brisa
de alegrar los corazones.

Mayo florido y gozoso
con sus flores altaneras,
en Madrid se ve dichoso
sí son buenas primaveras.

Tardes llenas de misterio
en sus parques relucientes,
jardines de ambiente serio
repletos de muchas gentes.

Los suspiros de las flores
se notan en sus contornos,
dicen que ciertos calores
hacen los jardines hornos.

Madrid soñando con brisas
que vengan del Guadarrama,
sin esperar que las prisas
rompan por siempre la calma.

Estas tardes son delicias
que rompen con los pesares,
Madrid nos deja primicias
que alegran muchos lugares.

Sentir Madrid con pasiones
es destino de esperanza,
puedes vivir sensaciones
y llenarte de templanza.

Estos calores tempranos
que dejan muchos sudores,
dicen que son poco sanos
para los trabajadores.

Tardes que dan aliciente
en sus calles concurridas,
sin ver la alegría ausente
ni las noches afligidas.

   G X Cantalapiedra.

AQUEL HOMBRE VOLVIÓ A SOÑAR CON SU NIÑEZ

AQUEL   HOMBRE  VOLVIÓ  A  SOÑAR  CON  SU  NIÑEZ.
Aquel hombre de 90, años de edad, recordaba en su memoria, sus andanzas infantiles, los sueños le recordaban sus paseos desde su pueblo, hasta poder divisar, las pistas sobre tierra seca, donde los aviones de la legión Cóndor, despegaban y aterrizaban, el ruido de sus motores, los tenía metidos en su cerebro, aquellos años terribles de la guerra civil, y así, día a día, desde un lugar cercano a Barcelona, donde su familia le llevo de inmigrante, en los años de 1945, su pasado le daba por sentirle, noche a noche. En toda su vida jamás tuvo deseos de volver allí, era cómo sí no hubiera nacido en esa tierra de Soria. Hasta que un nieto suyo, mirando en el ordenador pudo comprobar, que los sueños del abuelo habían sido realidad, y decidió volver a pisar aquella tierra soriana, donde la realidad, se confundía con sus sueños. No tardaron demasiado tiempo, para hacer el viaje por carretera, el abuelo y sus dos nietos, se veían felices en aquellos 500, kilómetros que les separaban de su destino. Llegaron a las dos de la tarde, a la Ciudad del Burgo de Osma, donde se decidieron parar a comer y de paso, comprar algún regalo para la familia en Cataluña. Luego se pasearon por aquella bonita ciudad, donde las piedras parecían tener siglos de historia. Todo aquello al abuelo le parecía un sueño, ya que al marcharse de aquella tierra, apenas había visitado El Burgo, y su marcha hacia Barcelona, fue buscando una vida un poco mejor económicamente. Llegaron hasta su lugar de origen, y desde allí se dirigieron hasta el balcón de tierra, que el de niño tantas veces visitó, y se llevo una sorpresa. Las pistas de aterrizaje, eran hoy día, unas plantaciones de manzanas, que parecían ser de otro planeta, estuvieron allí parados cómo una hora, y el abuelo empezó a sentir el eco de los aviones, que los dos nietos habían puesto en duda, pero en aquel lugar, parecían ser realidad, los ecos se repetían cómo sí estuvieran bajo los manzanos, aquellos aviones alemanes, que tantas bombas arrojaron sobre España, y tantas muertes inocentes causaron. El abuelo con sus 90, años lloró, no podía entender el cambio sufrido, en aquel valle Raso, llamado La Rasa, donde el río Duero, era el límite de la finca, donde los manzanos, hacían una hermosa pared, de verdor con sus ramas llenas de manzanas creciendo. Todo al abuelo le parecía distinto, solamente el balcón de tierra rodeado de enebros, seguía igual, continuaron por la carretera, que une Caracena con El Burgo de Osma, comprobando que aquel pueblo llamado Navapalos, era todo un montón de adobes y tapiales hundidos, y sin ver señales de vida futura, continuaron por dicha carretera, llevando a sus dos lados los frondosos árboles de manzanas, que parecían estar en tierras de Levante, al estar también cuidados, y preparados para diferentes climas. El abuelo y sus dos nietos, volvieron de nuevo hacia Barcelona, pero ahora sí, los sueños del abuelo, eran más realidad, habían sentido aquel eco, cómo sí fuera una cinta de grabación permanente, los sonidos de aceleración de aquellos aviones, que vinieron a La Rasa, para hacer las pruebas con ellos, y saber la efectividad de sus ataques, en territorio republicano, y así tenerlos preparados para la misión que cumplirían en sus objetivos, en la segunda guerra mundial. Aquella noche durmieron en la Ciudad de Soria, y su paseo por El Collado, y centro de la población, les dieron bastantes alegrías, aquellos nietos, que jamás habían pisado en la Ruta de, Don Antonio Machado. Se quedaron prendados de aquella visita por las orillas del Duero, y de poder dormir en su Parador, con las vistas al río Duero. El abuelo se vio orgulloso, de poder volver a la tierra que le vio nacer, y comprobar que sus sueños habían sido una realidad, que nadie la podría ocultar.
        G X Cantalapiedra.   

NUNCA ME GUSTO COPIAR

NUNCA  ME  GUSTO  COPIAR
Cuando la mente discurre
sin valerse de las copias,
todo lo que se te ocurre
nunca serán frases locas.

No preciso grandes sueños
para sentir el presente,
ni los momentos risueños
de algún personaje ausente.

Las soledades me enseñan
a saber de mí camino,
y otras veces solo empeñan
el futuro de mí signo.

Buscando versos perdidos
cómo un vulgar penitente,
mis sueños comprometidos
no le temen al ambiente.

Los copiones son pedantes
que piensan en esta vida,
ser fulanos arrogantes
sin su razón convencida.

Buscan frases y leyendas
de personas sin orgullo,
criticando ponen vendas
en tan penoso barullo.

Copiones sin esperanza
de su fatal costumbrismo,
que van buscando alabanza
en el sucio oportunismo.

Escritores de la nada,
copiadores del abismo,
que sueñan noche encantada
repletas de fanatismo.

Jamás suelen dar la cara
haciendo suyo el cinismo,
y suelen usar su vara
cómo vulgar optimismo.

   G X Cantalapiedra.

viernes, 26 de mayo de 2017

AL LADO DE LA EME TREINTA

AL  LADO  DE  LA  M, 30.

En un parque de pasiones
entre rosas altaneras,
sus fuentes dan emociones
que alegran las primaveras.

Parque de Fuente del Berro
pegadito a la eme treinta,
es la parte de un gran cerro
donde el recuerdo nos tienta.

Árboles que son preciosos
hacen que brille su historia,
con jardineros celosos
de los que buscan la gloria.

El  gran poeta Aleksandr Pushkin
señor del romanticismo,
viendo su bonito perfil
comprendemos el abismo.

Bécquer soñaba un futuro
entre miradas perdidas,
algún sentimiento oscuro
fueron sus notas erguidas.

Romanticismo a raudales
entre pinos fabulosos,
con sus lagos naturales
que se vuelven armoniosos.

Reyes de España pisaron
sus jardines tan hermosos,
y holandeses gobernaron
aquellos sitios dichosos.

Entre ruidos de eme treinta
y jilguerillos cantando,
el parque tiene su renta
de ser jardín admirando.

Historias llenas de sombras
con famosos personajes,
sus cascadas hoy te asombran
sin imperar los linajes.

   G X Cantalapiedra.

jueves, 25 de mayo de 2017

EN EL PARQUE DE LA FUENTE DEL BERRO.

            EN  EL PARQUE  DE  LA  FUENTE  DEL  BERRO
En Fuente del Berro
sobre un parque inmenso,
mirando hacia el cielo
será bello el verso.

Con versos brillantes
de vivos y muertos,
hay gestos constantes
que brotan despiertos.

Bécquer y otros nombres
en los pensamientos,
para que se asombren
flores y cimientos.

Sombras del pasado
con versos al viento,
el tiempo añorado
quita sufrimiento.

Mirando a la vida,
con versos inciertos,
borrando la herida
y buscando alientos.

La Fuente del Berro
es sendero incierto,
nos hablan del hierro
al ser parque abierto.

Brisas que mañana
dejaran contento,
entre gente humana
con un claro acento.

Versos entre flores
quitan sufrimiento,
y crecen amores
sin temer al viento.

Jardines marcados
que a veces presiento,
con sueños dorados
en mí sentimiento.
    G X Cantalapiedra.

    25  - de mayo de 2017.

miércoles, 24 de mayo de 2017

SORIA Y SUS MISTERIOS

SORIA  Y   SUS  MISTERIOS

Tardes llenas de misterio
sin ser el camino largo
con brisas de cementerio
se vuelve el paisaje amargo.

Piedras que marcan solares
entre pinares altivos,
costumbres de los lugares
que tienen sus adjetivos.

Soria presiente su drama
al sentirse deprimida,
a veces lucha y reclama
sin verse jamás perdida.

El Duero marcha tranquilo
por estas tierras sorianas,
en sus reflejos perfilo
ver más bellas las mañanas.

Sentimientos que se viven
al ver los pueblos desiertos,
entre gentes que conviven
y quieren estar despiertos.

Soria llena de pasiones
que marcan sus soledades,
tierra que brinda emociones
cuando flotan las verdades.

Sendas viejas de Castilla
entre Tiermes y Numancia,
su historia fue maravilla
sin presumir de arrogancia.

Entre vientos tenebrosos
Soria rezuma leyendas,
aquellos años gozosos
dejaron sus grandes sendas.

Soria conserva misterios
en muchas de sus entrañas,
hablan de momentos serios
al vivir cosas extrañas.

     G X Cantalapiedra.
ROMPEOLAS  DE  TORREVIEJA
El Mediterráneo altivo
lanza sus grandes reflejos,
nos parece que es festivo
sí le miramos de lejos.

En la costa salinera
de la bella Torrevieja,
una mujer altanera
su figura no se aleja.

Una estatua fabulosa
nos despide con pañuelo,
la mar se siente orgullosa
al ver su brindis al cielo.

Habaneras levantinas
con olores de palmeras,
entre letras muy divinas
se presienten primaveras.

Torrevieja de cantares
con sus bellas habaneras,
existen esos lugares
que hacen dulces las esperas.

El Mediterráneo brilla
en las noches silenciosas,
notando la maravilla
de olores de mar y rosas.

Torrevieja se emociona
contemplando su rompeolas,
y el mar que nunca razona
nos deja sentir sus olas.

El paisaje salinero
es un blanco que emociona,
en su sentir marinero
Torrevieja se ilusiona.

Una figura marcando
su sentimiento más fino,
la estatua deja vibrando
a cualquier hombre adivino.

   G X Cantalapiedra.

martes, 23 de mayo de 2017

AQUELLA NOCHE LA GUADAÑA DE LA MUERTE ESTUVO AL LADO

AQUELLA NOCHE LA GUADAÑA DE LA MUERTE ESTUVO AL  LADO
Eran las once menos cuarto de la noche, de aquel 16 de agosto de 1995. En aquel pueblo soriano, los jóvenes empezaban a echar sus cuentas, de poder divertirse, sin pensar demasiado en la carretera, habían pensado ir a bailar, y al tiempo beber, en la fiesta del Burgo de Osma, donde aquella noche, los fuegos artificiales daban mucho aliciente a toda aquella comarca, de las riberas del Ucero, Abión y Duero. Sin pensarlo demasiado, aquel grupo de quince jóvenes, entre las edades de quince a veintidós años, se dispusieron a marchar en tres vehículos, la distancia era de diecinueve kilómetros, eso sí, con curvas peligrosas, y un Puente Romano, que incluso era demasiado estrecho y con curvas dentro de su recorrido, unos cien metros de largo. La ida al Burgo de Osma, fue bastante tranquila, entre los quince viajeros, ocho eran chavales empezando a vivir sus fiestas nocturnas, y las otras siete mujeres jóvenes, que en aquel ambiente se veían respetadas y queridas, todos venidos aquel pueblo de vacaciones, donde la mayoría tenían familiares, digamos casi todos a sus abuelos. La noche fue avanzando, y el alcohol haciendo su faena, los tres jóvenes conductores, con el carnet recién sacado, se pensaban que eran los reyes de la carretera, y sobre las cinco y media de la madrugada, se dispusieron volver hasta aquel pueblo, donde les esperaban sus familiares. Ya al salir tuvieron sus piques, de coches y mujeres, y cómo gallos se portaron, y faltando cómo un kilometro para llegar a la curva del Puente Romano, hoy peatonal, intentaron adelantarse, y el conductor del coche SEAT, 1430, termino en un rastrojo, donde por lo menos anduvo el coche más de cien metros, saltando y dando gritos todos los ocupantes. Aquel joven conductor, con solo diecinueve años y el carnet recién sacado, no fue capaz de dominar el vehículo, y una vez que se detuvo, los gritos y las amenazas del resto de compañeros de viaje, no se hizo esperar. Faltaban tres kilómetros para llegar al pueblo, y parecía que el día se quería abrir camino, la claridad se notaba en los rostros de aquellos, quince jóvenes que por suerte siguen vivos, aunque terminaron la mayoría andando, hasta llegar al lugar donde les esperaban sus familiares. Un pacto de silencio que llevaron a cabo entre todos ellos, hizo que la gente de aquel tranquilo lugar nunca se enteraran, aunque sin tardar muchos meses, el enfrentamiento entre jóvenes, saltara por los aires aquel compromiso, de silencio, que aquella noche pudo a ver mandado, a cualquiera de los que viajaban al cementerio. Cómo media hora antes de ellos cruzar el río Ucero, al lado del Puente del Suicida, hubo una patrulla de la guardia civil, que a todos los automóviles, les paraban para hacer la prueba de alcoholemia, a los conductores. Aunque ellos no fueron parados, ya que dicha patrulla se ve que en esas horas del amanecer, apenas circulaban vehículos por allí, y debió de retirarse del lugar, Hoy que han pasado bastantes años, de aquel amanecer, que pudo a ver sembrado de luto aquel pueblo de Soria, Solo queda el recuerdo, que apenas quieren recordar, los quince jóvenes, que cuando en la televisión, comunican noticias tan desagradables, de muertes de jóvenes en accidente, ellos piensan que pudieron aquel amanecer de agosto, a ver sido víctima de la guadaña de la velocidad inadecuada, y de conductores imprudentes, e inexpertos, que solo querían lucirse con los coches que sus padres les habían comprado, y que mejor lugar que las curvas que rodeaban al río Duero, donde el terreno es un misterio sin resolver. Hoy día un Puente nuevo, alejado del antiguo, hace menos peligroso el recorrido, aunque siempre existirá, el conductor alcohólico, que de nada le servirán los consejos, y aún menos sí quizá usara drogas. G X Cantalapiedra.     

lunes, 22 de mayo de 2017

NO QUIERO LLANTOS AMARGOS

NO  QUIERO  LLANTOS  AMARGOS
Las soledades nos atan
aunque vivamos pensando,
con momentos que desatan
llantos que sufres callando.

No quiero llantos amargos
en las noches silenciosas,
ni amores con pasos largos
que te hablen solo de rosas.

Hay soledades preciosas
que no borran los caminos,
algunas viven dichosas
olvidando tristes signos.

La soledad va cambiando
en los llanos de Castilla,
por detrás viene dejando
sonidos de maravilla.

No quieras romper los llantos
de los hombres más sentidos,
existen nombres de santos
que fueron muy reprimidos.

No quiero sentir el llanto
de niños casi de cuna,
la vida da desencanto
sí no se logra fortuna.

No busco llantos distantes
ni comedias fraudulentas,
existen muchos instantes
de ver conciencias despiertas.

El llanto del comediante
nos acerca al infinito,
hablará del dios mediante
con un amor exquisito.

Cuando los llantos amargan
y tiemblan los corazones,
hay gestos que nos embargan
con su ritmo de pasiones.

   G X Cantalapiedra.

domingo, 21 de mayo de 2017

CAMPOS VERDES DE LA SECA

CAMPOS  VERDES  DE  LA  SECA
Campos llenos de esperanza
sobre llanuras extensas,
viñas que son alabanza
entre las heladas tensas.

Un veinticinco de mayo
las heladas fueron fuertes,
La Seca tuvo el desmayo
de ver su campos inertes.

Han pasado muchos años
de aquella penosa fecha,
donde marcaron los daños
cómo una penosa brecha.

Lamentos de labradores
al ver sus campos helados,
los hielos tan destructores
fueron sueños arrasados.

Sin trabajo ni futuro
La Seca tuvo el castigo,
de ver su presente duro
y al hielo cómo enemigo.

Viñas huertas y cereales
todas sufriendo lo mismo,
los desastres naturales
llevan pueblos al abismo.

El hielo del mes de mayo
es sufrimiento y martirio,
se congela el tierno tallo
en tan penoso delirio.

Los brotes quedaron muertos,
la cosecha sin su trigo,
hubo momentos inciertos
a finales de aquel siglo.

La Seca guarda en su mente
ese clima enfurecido,
no quieren hielo presente
ni ver su campo perdido.

   G X Cantalapiedra.