martes, 15 de septiembre de 2015

AQUEL DÍA QUE LE MARIDO LES AMENAZO

AQUEL DÍA QUE EL MARIDO LES AMENAZO DE MUERTE Hace no muchos años, en un barrio de Madrid, convivían los dos enamorados, quizá ella fuera demasiado atrevida, y el un poco ingenuo. Habían sido los dos de jóvenes novios, y después de estar casados, con diferentes personas, empezaron a verse a escondidas de sus respectivas parejas. La situación parecía difícil, los dos tenían hijos, y sus conyugues eran a la vez celosos, aunque la mujer lo disimulara con caricias a su esposo, para que no sospechara nada de aquella aventura amorosa, y el hombre trataba de pasar inadvertido en el barrio, para no levantar sospechas, día tras día se seguían viendo, unas veces en el metro, y otras en el autobús, como si fuera casualidad el encontrarse. Pero cierto día el marido que venia de trabajar, les reconoció en el vagón del ferrocarril suburbano, mientras ellos dos, se apretaban las manos, haciéndose caricias sin limite de tiempo. El marido empezó a darse cuenta de algunos detalles, como su situación de ir a ver a una amiga enferma, y otras mentiras que le levantaban una pequeña duda. El amor imposible entre los dos amantes , era cada día más insostenible, les faltaban lugares y horas para sus citas, los domingos era imposible el verse, hasta pensaron marcharse a otro lugar para continuar su vida de amantes, pero el amor a los hijos de ambos, les hacia retroceder de sus intenciones. Ella estaba dispuesta a salir de Madrid, y situarse en cualquier tierra donde nadie la conociera, y su amante es novio, pensaba que seria un grave problema, el encontrar vivienda y trabajo, para poder vivir sin muchos problemas, todo parecía raro, las palabras de los dos, eran tan sencillas y amorosas, que parecía que el cielo le tocaban con las manos, aunque cada día que pasaba, sus familias empezaban a sospechar de dicho enredo. Un día de los que la pareja esperaba que no pasara nada grave, salto la chispa. Circulaban buscando un lugar aparente, para aparcar el coche del hombre, y no se dieron cuenta que de tras un taxi les venia siguiendo, y en dicho vehículo, un hombre con aspecto cabreado y con ganas de venganza, no les perdía de vista, era en la zona de la Universitaria, donde aquella tarde noche aparcaron, si darse por enterados que algo raro podía pasar. Sin esperar apenas ni un segundo, los dos amantes se abrazaron sin ponerse barreras, y en aquellos segundos tocaron el cristal de la parte trasera, y de pronto se dieron cuenta, que era el marido ofendido, quien les había pillado infra gantes, Los dos amantes se quedaron de piedra, y mucho más al ver que dicho marido empuñaba una pistola automática, con ganas para usarla, trataron de salir del coche, pero todo parecía imposible, el desde fuera les seguía apuntando a los dos, y les hacia bajar las ventanas del automóvil, y les hablaba, “salir del coche sin meter ruido, y poneros de rodillas, que tenéis que pedir perdón a vuestras familias”. Sin apenas dudarlo los dos amantes, salieron del coche, y de rodillas en el césped imploraban llorando el perdón, el marido ofendido, les grito no hay perdón ni nada parecido, la única solución que existe es el divorcio de esta mala mujer, que nunca supo estar a la altura de su familia, y al hombre le grito. Eres una rata de alcantarilla, quítate la ropa de calle, y la interior, para que te vean las personas que eres un rompe familias”. En hombre se quedo desnudo completamente, y después de darle un par de patadas en el trasero le indico. “Corre lo más posible, que si no las balas te van alcanzar,” Segundos después tomo el asiento del conductor del coche, y a su esposa la hizo la misma operación, dejándola desnuda en el asiento delantero, para con ella circular, hasta su propia vivienda, donde tuvo que bajarse del coche sin ningún trapo que la cubriera, y gritando “Esta era hasta el día de hoy mi esposa, vecinos hoy es una fulana sin escrúpulos familiares, que ha roto mi matrimonio, y a la que ya no quiero por esposa”. El drama se hizo popular, los dos amantes decidieron irse lejos del barrio donde vivian, y empezar una nueva vida sin dinero ni hijos, y con el consabido cartel de mala gente, que habrían conseguido en su barrio, donde jamás pudieron volver a poner el pie, ni poder saludar a sus viejos amigos. Las dos familias trataron de arreglar sus problemas, y salir adelante tratando de olvidar aquellos amantes. Que no pensaron en los demás miembros de la familia, su fin no se sabe como será. G X Cantalapiedra.

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