LOS CAMINOS DEL INFIERNO EN LA CASTILLA
PROFUNDA
Castellanos del
silencio entre misterios y cismas,
sin saber jamás el precio de las tierras
con sus simas.
Los vientos por los caminos hacen
temblar los misterios,
y a veces se escuchan trinos que son
tremendos y serios.
Los caminos del infierno nunca saben de
cordura,
hablan en tiempo de invierno que serán
pura locura.
Los caminos tenebrosos que surgen la
negra noche,
suelen ser tan horrorosos que se les
hace reproche.
Como misterios sin calma hacen sentir
las pasiones,
mientras la mente reclama un montón de
sensaciones.
Van caballos galopando que van buscando
la luna,
y el viento viene buscando una casa con
su cuna.
Los caballos que describo son caballos penitentes,
no saben nada de estribo si galopan
siendo ausentes.
Los caminos galopados saben mucho del
infierno,
llevan los sueños marcados de algún
sentimiento eterno.
Medina del Campo grita en sus campos mal
labrados,
y en su corazón se excita muchos momentos
pasados.
La Colegiata en Medina tiene luces de
grandeza,
su campana están divina que quiere lograr
nobleza.
La Colegiata le adorna a la Calle de
Padilla,
y presiento que Medina es corazón de
Castilla.
Cuando la historia se crece por las
sendas de Medina,
parece que prevalece el Castillo en su colina.
Los caminos del infierno dicen que son
fantasía,
y en Medina algún invierno se llenan de
noche fría.
Hablan de las soledades de sus trenes y
sus vías,
y quizá dicen verdades en muchos penosos
días.
Medina busca su signo de mercado y
simpatía,
y jamás busca el camino del infierno y
la agonía.
G X Cantalapiedra.
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