SUS
ULTIMAS VOLUNTADES
Cuando la muerte se nota sobre camas de
hospitales, empiezan los sentimientos a sentirse más normales. Quieres reclamar
la tierra de donde fueron tus padres, y sientes muchas ofensas cómo causas
naturales. Pides volver a sus sendas sin comentárselo a nadie, y olvidando las
ofensas quieres cenizas al aire. “Que vuelen por esas sendas donde pisaron mis padres,
sin hablar de penitencias de las que rompen los aires”. En el Alto de San Roque, echa mí ceniza al
aire, eso le dijo al marido en una penosa tarde, donde los médicos dicen, “quisiéramos
ser amables y deciros que la vida son pasos inagotables”. En esos tristes
momentos llenos de rabia y coraje, se sufren muchos inventos para que la fiebre
baje. La mujer dijo al marido, ”Cuando mí vida se acabe llévame junto a la
Cruz, donde corre alegre el aire.¡¡Más la Cruz hoy ya no existe, me lo comento el
alcalde¡¡, y la esposa en su silencio, volvió de nuevo a contarle, “En el Alto
de La Granja, quiero divisar mí calle, pienso que no existe zanja para poder
enterrarme”. “Quiero volar por Castilla, sin sentirme miserable, y que la gente
sencilla puede ser conmigo amable”. No pasaron muchas horas de sufrir sin mejorarse,
los dolores no decoran aunque intenten consolarte. Aquella mujer sentida al
morirse cierta tarde, dejo su mirada erguida sin parecer nada en balde. Las Campanas
lasecanas sonaron con sus clamores, mientras las gentes cristianas,
comprendieron sus dolores. Sus cenizas se elevaron buscando las libertades, y a
su marido dejaron en tremendas soledades. Sin jamás verse culpable, entre
frases naturales, con su gente siendo amable dejo huellas muy normales. Las lágrimas
le brotaban sin poder poner barreras, y entre palabras flotaban sus recuerdos
sin fronteras. El marido en su silencio la soledad le rondaba, y supo ponerle
precio a la noche marginada. Silencio lleno de dudas, penas que no son
borradas, palabras que son absurdas en las horas mal pasadas. Las campanas
suenas tristes, con sonidos que se clavan, algunas veces existen sus ecos por
las mañanas…. Campanas que van sonando sobre mí Villa angustiada, sus sonidos
van marcando alguna herida pasada… Campanas, sonar campanas, en esta tierra olvidada,
el frío de las mañanas hace vibrar la alborada….. Cenizas que son recuerdos de las personas
amadas, existen los hombres cuerdos con ideas remozadas…. En Los Altos de San
Roque que se ven desde La Granja, las cenizas dan su toque cuando la sombra se
baja… Es un lugar de misterio, es un alto de esperanza, puede ser momento serio
sí quieres hacer balanza… Lasecanos de
por vida, que en su tierra nadie extraña, sueñan su villa querida aunque estén lejos
de España… Que el viento rompe silencio en la tierra castellana, pero se borra el
desprecio de sentir tu vida vana.
G X Cantalapiedra.
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