miércoles, 8 de mayo de 2019

VILLANUEVA DE ALCARDETE EN SU CORAZÓN.

VILLANUEVA DE ALCARDETE EN SU CORAZÓN Un día de hace muchos años, este hombre inmigro, camino de la gran ciudad de Madrid, se llevó en su equipaje, un montón de ilusiones. Soñando poder vivir una vida más plena y cómoda, que en Villanueva, y la verdad que lo consiguió, empezó de conductor de vehículos a motor, y toda su vida laboral la llevo a cabo sin grandes problemas, dejando siempre ese rastro de manchego toledano, a la vez de ser humano sociable y cristiano. En sus vacaciones recorrió parte de España, y siempre al final terminaba en su localidad, para poder ver a familiares y amigos, Villanueva era su final de meta y su camino pensado para el final de su vida. Más hay veces que el hombre propone, Dios dispone y los nietos lo descomponen, y así le ocurrió a este manchego de pura raza. Que al llegar a mayor o dígase a viejo, la familia le mantuvo en Madrid, para cuidar a sus descendientes, y no poder vivir sus deseos que siempre habría querido cumplir, eran tiempos de crisis, donde los abuelos socorrían económicamente a sus hijos y nietos, y además cuidaban de ellos, sin esperar ninguna recompensa, tan solo esperando que les visitaran al ser muy mayores, pero eso parecía harina de otro costal, los nietos se olvidan fácilmente de las voces de la sangre, y las raíces de su antepasados no les dicen nada, se sienten en su mayoría ciudadanos del mundo, y tan solo quieren disfrutar y vivir lo mejor posible, y si es necesario que sus mayores les dejen la herencia mucho mejor cuanto antes, el hombre se veía como olvidado, sus palabras parecían no hacer ninguna mella en sus descendientes, tan solo arrugaban la cara y enseñando los dientes, se hacían los locos incompetentes, que quizá delante de sus abuelos eran muy valientes, pero en la calle con sus amigotes no se podían sentir independientes. Este hombre trabajador y decente, se notaba que sufría enormemente, al ver la actitud de sus nietos indecentes. En sus horas de soledad, sentía la voz de sus antepasados, escuchando las realidades de esta vida, donde el tiempo no perdona a nadie, y donde tarde o temprano nos pasa a todos la factura. Quizá el hombre pensaba, algún día se darán cuenta de sus actitudes chulescas y poco humanas, y volverán a ser personas que recapaciten ante las adversidades, todo aquel repertorio, él hombre lo llevaba aprendido, desde su niñez en Villanueva. Pero la vida se vuelve sabia y te lo sigue enseñando, y incluso en los centros de mayores de la capital de España, se escuchan estas quejas humanas, entendibles sin ser profanas, que enseñan a los mayores que algunos descendientes de ellos, pasan de ser cariñosos y compasivos, sino todo lo contrario, acuden a sus domicilios para ver que se pueden llevar económicamente de allí. El ser humano es por naturaleza egoísta, solo quiere ser el favorito de todo, y piensa que él debe de ser el único favorecido de su entorno, pero está equivocado, Nadie se debe de sentir con esos privilegios, y mucho menos cuando abusa de sus viejos, aunque diga que siempre fue el favorito de sus antepasados. La vida nos va enseñando, a muchos seres mayores, que nuestros sueños buscados, terminan en sinsabores. Aquel que quiso soñando volver a sus tradiciones, debe de vivir pensando en penosas conclusiones. No vale sentir tu tierra, ni pedir allí aposento, hay gente que se la entierra y otra ceniza en el viento. Son lecciones de la vida, entre paz y sentimiento, que a veces te hacen herida y otras dejan sufrimiento. G X Cantalapiedra.. 8 – 5 – 2019.

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