miércoles, 8 de mayo de 2019
CUANDO LAS SOMBRAS TE ASUSTAN
CUANDO LAS SOMBRAS TE ASUSTAN
En aquel día del mes de septiembre, del año 2010. En la Galicia Profunda, en lo que llaman el Camino de Santiago, que recorre los términos de Pontedeume y Miño, en el lugar donde se encuentra el Campo de Golf de Miño, entre grandes arbolados, y un estrecho sendero, donde los arboles tapan toda la visibilidad del recorrido, y encima lleno de curvas miedosas, casi subterráneo, para evitar dicho Campo, aquellos tres jóvenes venidos de Madrid, sin experiencia ninguna en dicha ruta, se encontraron con algo que les pareció terrible, eran las ocho y media de la tarde, y pensaron que les daría tiempo a llegar a su siguiente destino, pero se equivocaban, el sendero estaba todo oscuro, y unas sombras que parecían extrañas, estaban como esperando que llegaran los tres jóvenes, y al notarlo en la oscuridad, con una distancia aproximadamente de 50, metros, uno de los jóvenes grito, “quienes sois”, y tan solo oyeron un ruido como metálico rugiendo, lo que los tres jóvenes en la oscuridad se quedaron temblando de miedo, se frenaron de repente, y sus ojos parecían brillar en aquella oscuridad húmeda, sin pensarlo demasiado, salieron corriendo con sus mochilas acuestas, camino de la carretera de dicho Campo de Golf, que conduce a Miño y su Playa Grande, el miedo a lo desconocido era atroz, casi ni dejaron de correr hasta que pudieron ver algo de aquella playa, donde las luces de las viviendas cercanas, dejaban sus reflejos sobre el agua de lo que es la Ría de Betanzos, cansados de dicho esfuerzo, se alojaron en un pequeño hotel de la localidad de Miño, y comentaron algo con dicho encargado del hotel, que no le resulto nada extraño, y comento a los jóvenes.” Que por aquel lugar pasa el tren que viene a La Coruña”, y así les dejo un poco más tranquilos, para poder descansar de dicho esfuerzo, y poderse cuidar los pies de su caminata. Más aquella noche al estar cenados y un poco más relajados, salieron a darse una vuelta por el contorno de ese lugar, donde pudieron en una cafetería, escuchar a un hombre quizá un poco bebido, que les termino de meter el miedo en el cuerpo, hablándoles de meigas y personajes del terror, de esa Galicia Profunda, que casi nunca son verdades, o solo a medias, pero que a las doce de la noche, con lluvia fina y unas copas de más, te pueden marcar para siempre tu camino, aquella jornada fue para los tres jóvenes tenebrosa, antes habían cruzado un pequeño monte, donde las hierbas salvajes se estaban apoderando del famoso Camino de Santiago, y habían sido arañados en las manos y piernas, dejando una impresión de dolor constante, en la noche aquella los tres amigos comentaban su incidencia, estuvieron visitando la iglesia parroquial de Pontedeume, donde fueron bendecidos, y notaron la humedad del mar sobre sus piedras, al salir de allí, parecía que sus fuerzas habían aumentado, pero aquel encuentro con el pasillo sin visibilidad, les había trastocado su recorrido, el chirrido de aquel objeto metálico, les dejo medio aturdidos, y ya nunca se confiarían de andar casi de noche, por las sendas oscuras de Galicia, el miedo le llevaron hasta sus casas de Madrid, donde apenas querían contar tan fastidiosa aventura, y aquel ruido que les acompañara durante toda su vida, ya que nunca podrán saber cuál era el objeto, o los seres que allí se encontraban, tan solo pueden decir, que fueron víctimas del terror que las sombras de la noche, pueden darte en la Galicia Profunda, y mucho más a los humanos que pasan por allí de paso. G X Cantalapiedra.
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