DIAS DE DELIRIOS, ENTRE LAS BRISAS DEL
NORTE.
Los delirios de la vida vienen dejando
quebrantos,
entre palabras perdidas y molestos
sobresaltos.
Sentimientos castellanos repletos de
fantasía,
que algunos les llaman vanos al ser pura
idolatría.
Llegan los vientos del norte entre
brisas heladoras,
y nunca son el resorte de gentes
trabajadoras.
Delirios de fantasía que crecen buscando
amores,
ellos son pura armonía y temen sufrir
dolores.
Castellanos con delirios en medio de la
meseta,
que suelen sentir martirios llevando su
vida inquieta.
Delirios que son lamentos de personas
mal formadas,
que abrazan los sufrimientos en horas
equivocadas.
Hay días que los delirios acompañan a
los muertos,
y quieren usar los cirios para no perder
alientos.
Esas noches de delirios que rompen las
madrugadas,
dicen que son los misterios que dejan huellas
prestadas.
Hay delirios de grandeza con palabras
mal buscadas,
que pudieron ser torpeza en ciertas
encrucijadas.
Castellanos de misterios entre brisas
poco amadas,
temiendo momentos serios en sus horas trasnochadas.
Delirios de penas locas entre sombras
marginadas,
hombres duros cómo rocas que sueñan
vidas holgadas.
Vive delirios la mente que no buscan
alegría,
con su pena permanente son triste
melancolía.
Sueños de amores truncados cuando
aparece la luna
que quisieran ser borrados aunque les
sobre fortuna.
Delirios de pasos tristes entre las
brisas del norte,
hay fríos que se resisten y nunca serán
soporte.
Abrazados a la vida los delirios son
temidos,
al ver que nadie les cuida, pero jamás
son vencidos.
Noches de delirios fuertes con sus
brisas maldecidas,
vienen hablando de muertes entre sus
frases temidas.
No quiero sentir la muerte, sí sueño vivir
mí vida,
el ayer tengo presente más no tengo el alma
herida.
Los delirios y lamentos escogen siempre
camino,
tienen algunos momentos que son negro
desatino.
Vivir la vida sin miedo esperando luz
del día,
es derrochar ese aliento que solo te da
alegría.
G X Cantalapiedra.
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