jueves, 19 de noviembre de 2015

EL CABARET DONDE NO SE GANABA LA VIDA BAILANDO Aquella mujer joven y bella, llego a Madrid sin mucha preparación, y solo llevaba una tarjeta de un mal amigo, que la recomendaba presentarse en aquel cabaret, para ver si la admitían en el grupo de bailarinas de aquel local de la noche. Todo parecía un poco raro, al estar en el cabaret por la mañana, no pudo encontrar a nadie que la informara, solo un repartidor de cervezas, que la dijo. “Estas demasiado guapa para entrar aquí de bailarina”, cosa que ella no tomo en cuenta, y trato de investigar cuando y como abrían aquel local de la noche madrileña. Al caer la tarde se volvió a presentar en el lugar donde había estado por la mañana, y entonces conoció a un portero que la informo de cómo funcionaba aquel local, la joven se ve que tenía ganas de triunfar, y estaba dispuesta a pasar por donde fuera, con tal de abrirse camino en esa gran ciudad que es Madrid, pronto estuvo delante del jefe de personal, que la espeto, “Aquí debes de enseñar lo que haga falta, nuestros clientes son muy exigentes, y les agrada ver chicas monas que sepan lucir su cuerpo”. La joven no sé quedo perpleja ni mucho menos, ya que llevaba una temporada de ensayos, en un local de baile de su comarca, donde daban pequeñas clases de baile, pero nada que sé le pareciera aquello. Sin embargo el jefe de personal la dijo,” Si quieres hoy trabajar puedes empezar de camarera de mesas, nos falta una persona de esa ocupación, y si el dueño del local lo considera oportuno, puede que te haga la prueba de ver como bailas, un poco más adelante. La joven sin dudarlo, aquella noche se vio vestida de camarera, sirviendo a los clientes que a veces se pasaban de listos, y trataban de tocar a la nueva empleada, cosa que la joven veía muy mal, aquel abuso de confianza. Las fechas fueron pasando, y el dueño del local se encontraba fuera de la capital de España, y mientras tanto ella se desesperaba, al ver que nadie la decía nada de poder hacer las pruebas de baile, hasta que un día al empezar la función, sobre las doce de la noche, otra camarera la llamaba, para indicarla la oficina del dueño del local, donde la joven sin pensarlo dos veces se dirigió, al entrar en la oficina, se encontró con un señor mayor, con bastante barriga y muy pocos modales, ya que la primera pregunta que la hizo fue terrorífica, ya que la proponía entrar en la compañía de baile, si se prestaba a su servicio de jefe y caballero, cosa que la joven le contesto al momento, quiero ser bailarina, no una querida de nadie, el jefe sé puso muy soberbió, gritándola y al tiempo diciendo, “Aquí el que paga soy yo, y si te interesa ya te pongo las condiciones, si no es así, coge tus trastos y vete al infierno”. La joven salió de aquella oficina, con el corazón dando saltos, ya que aquel hombre machista y baboso, ya que le salía espuma por su boca de dueño del cabaret, había intentado como siempre en llevarse a la chica recién entrada en su local, a su terreno de vicio y desorden moral, pero aquel ambiente, era lo normal de aquel cabaret de la noche, donde el alcohol y alguna droga corrían por sus mesas, haciendo la vista larga. Todo parecía haber sido un fracaso para la joven, pero al salir del cabaret, se encontró con uno de esos clientes, que se había fijado en ella los días anteriores. Y que enseguida la ofreció trabajo en su restaurante de cocinera o camarera, cosa que la joven no dudo en decir que sí, ya que tenía que pagar los gastos de pensión y comida. Aquella joven bailarina, que nunca bailó, terminó siendo la esposa de su patrono, y dueña de aquel famoso restaurante, donde tan solo entro de camarera, y que consiguió darle mucha más fama y clientela, con el paso de los años. Mientras que el dueño del cabaret, se fue a la ruina, G X Cantalapiedra.

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