AQUELLA
TARDE DE NOCHEBUENA
DE 1976
Aquella tarde de Nochebuena del año
1976, un taxi de Madrid, de entonces, SEAT, 1500, con motor Barreiros, C, 60, y
color negro, con franja roja, bajaba por la Avenida de La Albufera, sin
demasiada prisa, eran sobre las cinco y media de la tarde, cuando un señor de
unos ochenta años, bien vestido, le hizo la señal de parar, para después subir
en el vehículo. El taxista pregunto a dicho señor, donde le interesaba que le
transportara. Y una voz cazallera, se escucho dentro del Taxi. “Lléveme hasta el
Viaducto en la parte de arriba de la calle de Bailen”, aquel joven conductor de
servicio público, se quedó sorprendido. Era demasiado fuerte el recorrido, en
aquella alegre tarde noche, para dirigirse allí, con la mirada perdida de aquel
viajero, que aparentaba una edad aproximada de unos 80, años, el joven taxista
pronto comenzó una conversación, para saber sus intenciones, cosa que no tardó
en saberlo, y desde ese momento trató por todos los medios de impedirlo, ya que
aquel señor mayor, su recorrido era fatal y sin retorno, a lo que el joven
taxista, accedió a invitarle, antes de su despedida hacia otra dimensión, cosa que
aquel hombre acepto, para poder afrentar los duros minutos que le quedaban de
vida, una cafetería de la Ronda de Atocha, fue la primera parada, allí bebieron
café y copa, que sin dudar volvieron a repetir en la Ronda de Valencia, y así
hasta que aquel viajero, ya no sabía ni donde quería ir, el conductor del taxi,
se encontraba medio borracho, pero así y todo, supo dar la vuelta a su taxi, para
poder llegar hasta el Puente de Vallecas, y subiendo por la Avenida de La
Albufera, consiguió llegar al punto donde unas horas, antes había subido en su
taxi dicho viajero, que apenas podía mantenerse en pie. En aquellos momentos
grupos de jóvenes, pasaban tocando panderetas, a la vez de cantar villancicos,
celebrando en la calle esa fecha tan tradicional, que aquel viajero, se negaba a
vivir, según le contó al taxista, por encontrarse viudo y sin apenas familia, y
en esa noche le parecía lo mejor quitarse del medio, aunque parece que el alcohol,
le cambio su idea de antes de subir a dicho taxi, El taxista regreso a su
domicilio, sin apenas trabajar esa tarde noche, donde su trabajo era más reenumerado
que de costumbre, y aunque no gano apenas dinero, paso la mejor Nochebuena de su
vida, al poder contar, como había sacado a un hombre, de ver su vida eliminada,
por falta de comunicación entre los seres humanos, y comprender que la vida
tiene estos momentos de mala lucidez, y no todo lo podemos arreglar con medidas
trágicas, donde la propia familia, aunque sea un poco lejana, le puede sentar
muy mal, alguna decisión equivocada. Madrid es una ciudad abierta a todas las culturas,
pero dentro de esta ciudad existen mucho seres humanos que se encuentran solos,
aunque las gentes les estén rodeando, y existen momentos de fanatismo crónico,
donde cualquier decisión, puede ser demasiado mala para el resto de personas, que
no se dan cuenta de tan penosa situación, y la actitud de estas personas,
pudiera ser nefasta, sin haberse dado cuenta, que la mayoría de las personas, que
caminan por las calles de Madrid, cada cual guarda su problema de soledad, o de
falta de medios económicos, sin comunicárselo a nadie, por ese temor a ser
rechazado, incluso entre sus propios vecinos, la ciudad es a lo grande una caja
de sorpresas, que nadie quisiera abrirla, para no llevarse alguna decepción a
destiempo. Esperemos que esta Nochebuena de 2016, no tenga que ningún taxista,
ni otras personas de distintos oficios, tenerse que emborracharse, para no
tener que ser testigos, de las penosas ideas de abandonar este mundo trágicamente,
FELICES FIESTAS, Y BUEN AÑO VENIDERO. G
X Cantalapiedra.. 23- 12 – 2016.