viernes, 27 de noviembre de 2015

AQUEL FATIDICO SABADO DEL VIAJE EN AUTOBÚS A MADRID Aquella mañana de sábado, del año dos mil quince, se despertaba aparentemente tranquila, pero en el fondo existía un peligro grandísimo, una mujer joven española se dirigía a subir al autobús, que la conduciría hasta Madrid, desde tierras de Salamanca. En sus manos llevaba dos maletas, que no parecían demasiado grandes, y que al parecer quería llevar con ella dentro del autocar, cosa que el conductor lo tenía prohibido, ya que en la parte de abajo del autobús, existía un enorme maletero, para poder meter allí todos los equipajes de sus viajeros. El autobús inicio su marcha, sin pensar el conductor que pasaría nada malo durante el camino. Pero parece que una denuncia de una mina, a cielo abierto, de aquella zona había levantado toda la urgencia posible, Las autoridades policiales y Guardia civil, se estaban moviendo, para poder investigar, quien podría a ver sido el ladrón de aquellos explosivos, que tanto daño y sufrimiento podrían causar. La joven del autobús, se la veía un poco nerviosa, y de vez en cuando su mirada hacia adelante de la carretera, y a la parte trasera erán su objetivo, en el autobús viajaban al lado de ella, un grupo de mujeres que parecían venir de una excursión de relajamiento, que estaban ajenas a todos sus raros movimientos. El autobús circulaba sin problemas, pero antes de llegar a la capital de Ávila, sufría un choque con un turismo que no respetó la distancia de adelantamiento, teniendo que pararse para tomar datos. En ese tiempo la joven se bajo disimuladamente del autobús, para poder ver que toda su mercancía en las dos maletas nadie se la podía quitar. Sin tardar demasiado, el autobús reinicio su marcha, eso sí con las protestas del conductor, por tan fastidioso accidente sin heridos, al pasar Ávila la autopista que conduce hacia Madrid, parece ser rápida , aunque tenga varias curvas con rampas peligrosas, aunque al llegar a la altura de la localidad serrana de San Rafael, la lluvia empezó a caer suavemente, sin el conductor hacer el menor caso, de aquel peligro añadido, las salpicaduras sobre el cristal delantero del autobús, le hacía correr muchos más riesgos, y como a unos doscientos metros de la entrada al túnel de Guadarrama, el autobús, empezó a dar bandazos, terminando empotrado contra las barandillas de la autovía. No tardaron mucho tiempo en llegar, los primeros auxilios, ambulancias y coches de incendios del servicio del túnel, y sin poder abrir el maletero del autobús, la joven intento sacar sus maletas de allí, cosa que no la dejaron, mientras su rostro era demasiado violento, sin hacerla caso las autoridades allí presentes, ya que pronto se presento un nuevo autobús, para que los viajeros continuaran camino, aunque en ese tiempo ya tenían orden de registrar todos los equipajes, parece que una vecina de la joven, había informado a las autoridades, de dicho transporte peligroso, que le habría encargado su novio que era extranjero y de muy pocos amigos a su alrededor, al tratar de pasar el equipaje al nuevo autobús, la guardia civil la ordeno abrir la maleta, cosa que la joven se negó, diciendo que ella no era la dueña de dicha maleta, que era de una amiga que ya había regresado a la ciudad de Madrid, sin más datos, las dos maletas y la joven cambiaron de forma de viajar, ya que sabían las autoridades que seguro llevaría algún medio de poderlas hacer explotar, cosa que impidieron alejando las dos maletas, a un descampado entre los pinares allí existentes, la joven insultando a las autoridades, y al conductor por su poca experiencia en suelo mojado, El resto de viajeros continuo su camino hacia la capital de España, sin a ver comprendido, que estuvieron viajando sobre un polvorín de dinamita. G X Cantalapiedra. 28 – 11 - 2015-

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