martes, 3 de noviembre de 2015

AQUELLAS TARDES QUE SE JURANRO AMOR VERDADERO

AQUELLAS TARDES QUE SE JURARON AMOR VERDADERO Corrían los años 1966, todo parecía que era color de esperanza, aquella pareja de jóvenes, caminaban con las manos entrelazadas, soñando un futuro prometedor, la vida les estaba dando su gran oportunidad, primero con un buen trabajo, y luego con la comprensión de sus padres, que parecían a ver entendido aquel noviazgo, todo parecía que iba sobre ruedas, además el joven había conseguido comprarse un SEAT, 600, con el que pasaban muchas horas circulando por sus lugares de origen, se prometían a diario ser fieles el uno al otro, se juraban amor eterno, y todos esos argumentos peliculeros que a los jóvenes , tanto les hace felices, pero el destino cambio su forma de vida, el trabajaba en una fábrica, donde a la vez tenia de compañeras a muchas mujeres, y algunas de ellas con muchas picardías, que pronto una sin dudarlo lo puso en práctica, y dejando que la llevase a su casa ya que le cogía de camino, pronto le dio confianza, para que se enrollara con ella, y así intentar apartarle de su novia, el joven con muy poca escuela en amores, se dejó llevar donde aquella mujer algo mayor que él en edad, ya que le llevaba, como unos cinco años, el joven pronto se sentía un hombre realizado, tenía todo el amor y otras cosas que su novia hasta entonces no le había dado, y sin darse cuenta, estaba en las redes de aquella mujer que pronto le soltó, que se encontraba en estado de buena esperanza, el joven intento no sentirse atado, pero las palabras que escuchaba sabia que podían ser una realidad, su novia le había dejado, y la mujer con la que se pasaba sus buenos ratos, y que nunca él pensó que sería la madre de sus hijos, si no, una aventura de amores sin nada que firmar ni ataduras al futuro. Todo aquello le parecía un sueño horrible, no podía dormir por las noches, y durante el día, estaba viendo a la que no deseaba como esposa, si no como pasatiempo, pero la joven mujer, se la empezaba a notar su barriga, y además no ocultaba que el padre era aquel joven del SEAT, 600. Todos los compañeros sabían de sobra la clase de mujer que era aquella, y en silencio el joven pensaba, alguien me ha dado la enhorabuena por mi paternidad, pero también me han hablado, de que a lo mejor ese hijo es de varios padres. El joven se sentía asustado y sin saber por dónde saldría su maldita aventura amorosa. Una noche en su domicilio, arto de oír las cantidades de barbaridades que sobre él y su compañera de trabajo y aventuras amorosas, escuchaba en la fábrica, decidió contarle a su madre lo que estaba viviendo. La madre enseguida se puso en guardia, sabia de sobra que su anterior novia, ya no salía con él, pero que le cargaran aquel hijo, la parecía un terrible castigo para su hijo, pronto la madre del joven se dedico a saber los pasos de la que podría ser la esposa de su hijo, y sin tardar mucho tiempo descubrió, que además de trabajar en la fábrica, había estado de camarera en un club americano, y que todas las noches se marchaba acompañada, de algún nocturno cliente, al que según referencias, les sacaba el dinero, con el que se había comprado un piso, y sin enterarse nadie de sus compañeras, de sus deslices en la vida. La madre del joven decidió hablar con la mujer, que le acusaba a su hijo de ser el padre del futuro bebe, y en sus conclusiones la dio a entender, que estaba enterada de sus vicios y aventuras con los hombres, y que tratara de dejar a su hijo en paz, o la denunciaría por intentar engañarle con su paternidad. Parece que la mujer se dio cuenta de su fracaso, aquel hijo que iba a tener, no sería tan fácil reconocerlo, ya que ni ella misma sabía quién podría ser el verdadero padre. Los días se fueron pasando, y en la fábrica el mal rollo parecía estar presente, el joven viendo las críticas que estaba recibiendo, terminó por marcharse de la empresa, y buscar otro lugar de trabajo. Eso sí con la angustia de no saber si verdaderamente aquel niño que estaba en camino, podría ser suyo, todo le parecía un misterio, y a nadie quería comentar su grave error, por la diversión de unos cuantos ratos buenos, se sentía medio culpable de tan fatal acontecimiento, con el que jamás habría soñado, y que ahora le seguiría para toda su vida. G X Cantalapiedra.

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