miércoles, 4 de noviembre de 2015
AQUEL JOVEN QUE LOGRO SALVAR SU VIDA EN ALCALÁ 20.
AQUEL JOVEN QUE LOGRO SALVAR LA VIDA EN ALCALÁ 20.
Aquella madrugada, del 17 de diciembre de 1983, Madrid respiraba la terrible noticia del incendio de la discoteca, Alcalá 20. La noche parecía ser de lo más normal, pero acabo con 81, personas muertas en dicho local. Que termino siendo una ratonera sin apenas salidas de emergencia, para poder evacuar a tantas personas que se encontraban en aquel momento dentro del local, y que según el joven de la historia me conto al día siguiente, pudieron a ver sido bastantes más los muertos. Ya que media hora antes de iniciarse el incendio, la discoteca se encontraba a plena capacidad, eso si no rebasaba, el aforo permitido. El joven de esta historia, tenía en aquel momento 25, años, y su profesión metre de una cafetería del centro de Madrid, tenía novia, pero como ella no podía salir, quedo con cuatro amigos más en el local que estaba en aquellos momentos de moda, al llegar a dicho local, que serian sobre las dos de la madrugada, se dio cuenta que el abarrotamiento era mayúsculo, al entrar dejó en el ropero su cazadora de cuero, y al poco tiempo se encontraba bailando en pareja, con una joven conocida de su barrio, a la que había encontrado allí, se dio cuenta que unos cuantos juerguistas, andaban como con unas velas dando vueltas por el centro de la discoteca, y como no le gustaba aquel mal rollo, decidió sobre las tres y algo salir de aquella fosa, que era la discoteca, donde yo hace bastante tiempo estuve allí bailando cuando tenía otro nombre, y era sala de fiestas, dicho joven se dirigió con su compañera de baile a marcharse de allí, pasando por el ropero, pero al estar esperando que le dieran su cazadora, se apago la luz del local, y las llamas se dejaban ver sobre las cortinas incendiadas, el joven y la chica, intentaron salir corriendo escaleras arriba, pero no le fue tan fácil, los agarrones y tirones con arañazos fue lo más normal, tardaron varios minutos en subir aquellas escaleras, el sin su cazadora y la chavala que bailaba con el, sin su abrigo, pero por fin alcanzaron la calle de Alcalá, este joven que era fuerte y ágil, consiguió tirando de la chavala sacarla de dicha ratonera, una vez en la calle, pensaron que algo grave podría pasar, por a ver visto algunas personas que estaban camino de la borrachera, o de a ver tomado alguna sustancia prohibida, pero la madrugada en Madrid es fría, y pronto debieron de subir a un taxi, para que les llevara a su barrio, cosa que así hicieron, al llegar a la casa del joven, se encontraba sin llaves ni dinero para pagar el taxi, ya que la cartera la había dejado en su cazadora, llamo al padre por el telefonillo de la puerta de entrada, y el padre sin más bajo con el dinero, preguntando que le había pasado, ya que tenía sangre en la cara de los arañazos recibidos a la salida de dicha discoteca, y verle sin cazadora. Le comento a su padre, lo que pensaba que había ocurrido, pero sin darle demasiada importancia, ya que el joven nunca pensó que tanta gente se podía quedar muerta dentro, Al amanecer de dicho día 17, el cuerpo de bomberos de Madrid, iba sacando cadáveres sin descansar, mientras la cifra iba aumentando, La capital se vio sorprendida, ya que no se conocía ninguna cosa parecida en aquellos años, alguien comentaba que hubo un teatro que la gente murió por aplastamiento en un incendio en la calle de Toledo, cerca de la Plaza de la Cebada.
El entonces alcalde de Madrid, Don Enrique Tierno Galván, se presento en el lugar de la tragedia de madrugada, y estuvo allí viendo la cantidad de personas jóvenes, que murieron en dicho incendio: El joven de la historia, y su acompañante se quedaron sin cazadora ni abrigo, pero pueden hoy día contar esta misma historia, que de haberse quedado quizá algún segundo más seguro que estarían en la lista de los muertos. Alcalá 20, que alguien decía que era lo mejor que había en la noche madrileña, quedo echo cenizas, y hoy en día sigue cerrado, ya que su situación la hace una sala de fiestas peligrosa, por estar en un medio sótano, bastante profundo, y con sus salidas que aquella noche parecían estar cerradas, todo un montón de contradicciones para llevar a muchas personas al cementerio. G X Cantalapiedra,
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