sábado, 28 de noviembre de 2015
AQUELLOS AÑOS QUE SE SOÑABA LA NAVIDAD
AQUELLOS AÑOS QUE SE SOÑABA CON LA NAVIDAD
Por aquel año de 1984, la navidad en Madrid era bastante celebrada, y para todos sus niños y jóvenes era una época dorada, Los villancicos se cantaban en los colegios, además de las iglesias parroquiales, y todo el ambiente de comercios luces y adornos, hacían que esas fechas, el público en general se sintiera en periodo navideño. un poco más alegre que de costumbre. En aquel tiempo se estaba empezando a desarrollar, todo lo que se llamaba el Madrid Sur, que era una reforma de viviendas en uno de los barrios más humildes de la ciudad, donde el chabolismo y las viviendas mal construidas, hacían a sus moradores pasar unos inviernos fatales. En aquellos años de la recién estrenada democracia, las gentes tenían fe en poder mejorar sus vidas, y en esas fechas se brindaba en bares y círculos familiares alegremente, pensando que el futuro era mucho más prometedor, que el que se acababa de terminar, que les había marcado de por vida algunas personas, de esos barrios de chabolas. Lo que nunca se imaginaron, era que había una gran guadaña, esperando para aniquilar a toda esa juventud, que quería saber de todo lo que se le ofrecía, y que muy pronto se empezó a conocer sus daños, ya que era un camino tortuoso y caro, y que algunos de los jóvenes que entraron en el, fueron victimas y verdugos de esa sociedad, que en aquellos años se iniciaron en tan perverso mundo. Las chabolas eran los supermercados de dicho comercio prohibido, y algunas veces, la venta en las calles era casi pública, ya que había lugares como el barrio de Chueca, donde te vendían dicha mercancía sin apearte del coche, además de otros lugares entonces de moda, como fue la calle de Orense, La Plaza del Dos de Mayo, La famosa avenida de Guadalajara, los bajos de Arguelles, sin olvidarnos de la Cruz del Cura, El Rancho del Cordobés, La Mica, El Bronx de Hortaleza, Los Focos, Merca droga, y sus lugares limítrofes, y otro montón de lugares de triste recuerdo, que solo dejaron llanto y muerte, unida a la desesperación, de muchas familias, que vieron como sus hijos los más lanzados, caían en las garras de dicho vicio que les llevaba a la muerte segura. Todo aquello que nos parecía una nueva etapa, en la vida de la clase obrera, se fue yendo al garete, ya que cada pocos días alguien aparecía muerto, con la jeringuilla clavada, y para colmo se tenían que prostituir o robar, para pagar sus raciones diarias de esos productos que les anulaban como personas racionales, ya que los síndromes de abstinencia, les llevaba a la desesperación total, sin poder encontrar una solución a su mal rollo. Todo lo que ocurrió en aquellos años de transición, fueron nuevas etapas para la mayoría de la población, los barrios donde la juventud tenía que a ver comenzado a pensar en su futuro, a veces solo se encargaba de colocarse de droga, y pasar de trabajos y estudios, lo que hicieron que muchas familias, las celebraciones de la Navidad, se quedaran un poco en el olvido, al estar recordando a sus familiares ausentes, que no supieron digerir aquellos malos vientos, que nos trajeron desde otros lugares, quizá con más rodaje que nosotros en libertades abusivas. Hoy que han pasado muchos años, de aquellos tiempos de alegría y tristeza, es bueno recordar desde donde venimos, y hacía donde podemos caminar, y si la lección que estos años nos dio la vida en la ciudad, nos sirvieron de algo, o solo fue una etapa donde gente sin escrúpulo, llego a enriquecerse, a costa de mucho sufrimiento y llanto, además de buscar la ruina económica a muchas familias de dichos jóvenes, G X Cantalapiedra.
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