ENTRE LAS BRISAS DEL DUERO

ENTRE LAS BRISAS DEL DUERO Como un pobre caminante que no conoce el camino, aquel hombre trashumante no quiso ser adivino. Para buscar su pasado sin entender el destino, viejo y a la vez cansado como un vulgar peregrino. Por los caminos de Soria buscando no sé qué signo, era su propia memoria un perfecto desatino. Sin preguntas ni pregones eran suyos los caminos, no supo qué condiciones tuvieron otros vecinos. En sus noches solitarias al verse siempre perdido, con brisas extraordinarias el Duero le dio sentido. En sus misterios sencillos aquel hombre se perdía, y en el cielo buscó brillos pensando que el cielo ardía. El Duero de compañero, “que bonita compañía”, a veces el aguacero marcaba su melodía. Pasos que llaman perdidos sin saber dónde caminan, no quieren verse vencidos ni el futuro determinan. Por las orillas del Duero buscando sus maravillas, escuchando el romancero con historias muy sencillas. G X Cantalapiedra.