miércoles, 5 de junio de 2019

EL 1 DE AGOSTO DE 1970.

EL UNO DE AGOSTO DE 1970, PISÓ TIERRAS DE SORIA Aquel joven con 25, años recién cumplidos, se disponía a iniciar sus vacaciones desde Madrid, a Cataluña y el País Vasco, En aquella madrugada, salieron desde el Barrio de Moratalaz, sobre las cuatro y media, iniciando su recorrido sin ningún problema, el coche donde circulaban era un SEAT, 600, color azul, con una matrícula alta de Madrid, sobre ochocientos ochenta mil quinientos cincuenta y algo. y sus cuatro ocupantes eran familiares íntimos. El camino era la Carretera de Barcelona, y con las claras del día, llegaron hasta Medinaceli, tierra de Soria y la tumba durante casi 500, años del famoso guerrero musulmán Almanzor. En aquel trayecto el joven iba dormido, y su hermana le comentó, “despierta vamos a desayunar en esta provincia de Soria”, al despertar se dio cuenta del color de dicha tierra, y pensó con aquella claridad del amanecer, que color más bonito y extraño tiene este ambiente. Entraron en la cafetería de aquella carretera, y pudo comprobar, que el famoso pueblo de Medinaceli, se quedaba en la parte de arriba, donde se divisaba un Arco precioso, sin mucho que preguntar y después de aquel descanso, continuaron el camino hasta Zaragoza, sin dejar de pensar en la tierra de Soria, ya que la carretera iba al compás del Ferrocarril, y de la corriente del río Jalón, por aquel valle durante bastantes kilómetros. El joven pensó que algo raro le pasaba, y llego su mente a entender, que aquella tierra era donde su poeta favorito, que era Don Antonio Machado, llego a casarse con Leonor Izquierdo, y donde en sus excursiones por La Laguna Negra, pudo percibir la historia de Los Alvargonzalez, se le vinieron a su memoria muchas frases de sus libros, como lo de “Soria Pura cabeza de Extremadura”, y otras muchas frases que le hicieron pasarse muy buenos ratos en su lectura, como si fuera un perfecto sueño, en aquel momento fue pensando, tengo que venir a Soria a conocer todos esos lugares, que tanto me hicieron soñar, y aunque llegaron a Zaragoza sin graves problemas, el recuerdo de la tierra soriana, con las primeras claras del día, y el color de sus tierras de color rojo, se habían quedado en su cerebro guardadas para siempre, de las que no salieron nunca. El camino por Los Monegros, entonces en obras, fue un poco fastidiado, al ser primero de agosto y muchas personas que al ser lunes, decidieron coger sus vacaciones, todo era nuevo para aquel joven, al llegar a tierras catalanas, en las paredes que hacían hastial con la Carretera, se podía leer en pintadas en catalán que decían, El Catalá a la escola. Cosa que llegó a comentar con su cuñado, quieren decir me parece que el catalán le quieren estudiar en las clases de los colegios. Su cuñado le comento, en los que viva Paco nada de nada, y si se ponen tontos les mete la legión por las calles. Todos sonrieron y su camino hasta Barcelona fue muy agradable, llegando a la Ciudad Condal, a la seis de la tarde, para dirigirse hasta Cornella, lugar donde estuvieron una semana en la casa de un familiar, desde donde diariamente, salían para pasearse, por playas y puertos, además de visitar lo más famoso que entonces existía en Barcelona y sus aledaños, subiendo a ver el famoso Tibidabo, que les dejo un magnifico recuerdo. Aquel seria el viaje de paso, en las tierras sorianas, luego algunos años más tarde, pisaría el joven, todos los lugares famosos de Soria, y seria para siempre un enamorado de su tierra. G X Cantalapiedra.

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