martes, 15 de diciembre de 2015

NUNCA ES TARDE PARA AMAR Y SER FELIZ

NUNCA ES TARDE PARA AMAR Y SER FELIZ Con la caída de la hoja del mes de noviembre, del dos mil nueve, aquel hombre mayor, se dio cuenta que sus fuerzas le fallaban, y entonces les convocó a sus hijos, para que ellos decidieran sobre su futuro. Los hijos pensaron egoístamente, que su padre se podría defender solo en su casa, ya que su madre hacía algunos meses que había fallecido. Pero el hombre que ya pasaba de los ochenta años, tomo la palabra, diciendo, ” No quiero ser una carga para ninguno de mis hijos, y he decidido escoger a una mujer que me ayude a llevar estos años con la máxima dignidad, y sin tener que estar dando molestias a la familia”. Y así sin más discusiones, el hombre asesorado por una animadora social del “Desguace” donde echaba la partida, pudo conocer a una mujer rumana, viuda, pero que tenía un buen tipo y elegante, que pronto la contrato, para que le sirviera de compañía, y fuera su ama de llaves, además de cocinera que efectuaba sus labores formidablemente. El hombre se veía rejuvenecer, llegaba todas las tardes a echar su partida de cartas, del brazo de aquella mujer, que cada día iba vestida mucho más elegante, y despertaba las pasiones de algunos otros hombres mayores, que le envidiaban y a veces tomaban café a su lado, para poder cruzar alguna palabra con aquella señora, que tenía elegancia y distinción, y que hablaba el idioma español correctamente, el hombre se sentía tan feliz, que una tarde alguien le comento, te quedaste viudo, pero que suerte has tenido al encontrar a esta dama, que levanta pasiones. El hombre se sentía vanidoso y orgulloso, con aquellos que no sabían gastarse el dinero como él lo hacía, y que además les comento, el dinero que me gasto no tendrán que pelearse por el mis herederos, no quiero ser el más rico del cementerio, ni deseo lapidas de mármol grandes, quisiera que mis cenizas volaran en este parque donde me paseo con ella. Todas aquellas frases, se hacían famosas entre los veteranos, de aquel lugar de entretenimiento, donde día a día este hombre presumía de tener mujer joven, ya que la señora decía, ya sale mi hombre de jugar la partida, le voy a decir que me lleve al cine. Cosa que el hombre enseguida decía que si, ya que veía que la señora la encantaba estar en la calle, Los dos seres humanos, con una diferencia de unos 35, años, se les veía felices y contentos, eso si, con la envidia de muchos de sus compañeros del centro, que en sus mismas circunstancias, iban mal arreglados y sin gastarse ningún dinero, con la idea de dejar a sus hijos y nietos o sobrinos, mucha más herencia, pero a consta de ellos pasar estrecheces económicas, sin ninguna necesidad, ya que eran algunos de ellos propietarios de inmuebles, y acciones económicas para no padecer de nada. La felicidad de este hombre hoy día, con más de ochenta y seis años, se ve reflejada en su cara, ya que la alegría le acompaña siempre, y su bastón es esa guapa señora, que nadie diría que no es española, ya que sus ojos negros, y su tipo andaluz, la hacen seguir siendo la envidia de muchos ancianos, que tan solo dicen. “ Que suerte tienen algunos hasta para ser viejos, y otros tan solo tienen broncas diarias con su entorno familiar, que no les dejan vivir tranquilos estos últimos años de su vida, y encima solo piensan en meterles en asilos, o residencias, donde cueste lo menos posible su mantenimiento, para poder heredar todo el máximo posible de propiedades y dinero, sin darse cuenta sus hijos, que lo que ven esperan, y la lección que dan a sus descendientes, es la misma que les darán a ellos cuando lleguen a su edad. Yo me pongo muy contento, al ver que existe más de un hombre mayor que tiene una bella compañía, que sabe darle cariño. Este hecho es real, como la vida misma, soy testigo. G X Cantalapiedra. 14 – 12 - 2015

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