TENGO
MÍ ESPINA CLAVADA
Cuando
te falta el abuelo
y
buscas viejos caminos,
no
sabes lograr consuelo
si
preguntas por sus signos.
Vives
pensando su historia
sin
conocer sus razones,
y
llegan a tu memoria
muchas
malas sensaciones.
¿Donde
descansan sus huesos?
que
nadie pudo contarlo,
aquellos
tristes regresos
nos
llegaron a ocultarlo.
Fueron
tiempos de lamentos,
con
pensamientos amargos,
que
dejaron sufrimientos
en
aquellos años largos.
La
familia se alejaba
de
sus dudosas razones,
y
el sendero que pisaba
jamás
dejaba ilusiones.
Nunca
pude ver su foto
ni
preguntar por sus gestos,
nos
pusieron siempre coto
de
sus palabras y arrestos.
Un
amigo de su infancia
que
le llamaban Geromo,
me
dijo con arrogancia
tu
abuelo nunca fue plomo.
Quise
preguntar en casa
por
una fotografía,
pero
el silencio se amasa
con
pura melancolía.
Sin
conocer sus pasiones
ni
observar los sentimientos,
mi
abuelo dejo razones
de
llorar los malos vientos.
G X Cantalapiedra.
4 – 4 – 2018.
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