miércoles, 20 de septiembre de 2017

SEPTIEMBRE ERA DECIR HASTA SIEMPRE

SEPTIEMBRE  ERA  DECIR   HASTA  SIEMPRE
Se marchaban en silencio cómo buscando una meta, donde brillara su vida sin ser demasiado inquieta.  Eran fechas de lamentos que ocultaban su paciencia, con días de sufrimientos sin conocer la clemencia.  Las maletas sin destino contaban las horas ciegas, donde cualquier adivino supo de campos y siegas.  Castilla perdiendo mitos, Castilla de penas negras, Castilla soltó sus gritos que miraban las estrellas. En aquel mes de Septiembre se confundieron las sendas, de los hombres que emigraron y pudieron ser leyendas. Las maletas de madera buscaban nuevos destinos, esperando primavera entre canticos y trinos.  Halla por la tierra Vasca, donde grita el mar bravío, se visitaba la tasca y se soportaba el frío.  Mañanas de Baracaldo, con su ría de testigo, sus hornos hierro forjado era el calor un castigo.  En la cornisa los montes, en los valles los amigos, el trabajo dio resortes de caminar más unidos.  Septiembre de despedidas con promesas de cariños, algunas frases erguidas hicieron fuerte a sus niños.  Septiembre buscando tierra donde no existan mendigos, a veces la mente encierra ciertas frases de castigos.  Madrid cobijo y posada tuvo diferentes signos, en la maleta guardada marchaban algunos vinos. Barcelona y otras tierras fueron cobijo y destino, donde los sueños se encierran queriendo ser adivino.  Septiembre dejo sus huellas acabados los novillos, fue mirar a las estrellas para divisar sus brillos.  Las esperanzas se fueron y con ellas los martirios, algunos hombres dijeron que no buscaban delirios.  La Regional transportaba ilusiones con sentido, y a Valladolid llegaba cómo sueño permitido.  Septiembre lleno de ausencias eran tiempos elegidos, para acallar las conciencias de aquellos años vividos.  Cuando repaso mí vida en las noches de Septiembre, alguna fecha perdida hace que de nuevo tiemble.  Cartas llenas de sentido para sufrir los vaivenes, con algún amor perdido sin existir muchos bienes.  Las distancia se agrandaba en este mes de Septiembre, y el trabajador marchaba a otras tierras para siempre.  En La Profunda Castilla el éxodo fue paciente, se fue su gente sencilla buscando mejor ambiente.  Hoy que pasaron los años del tan sufrido Septiembre, se notan ciertos peldaños del inmigrante decente.  En La Profunda Castilla, el viento grito presente, y se sembró la semilla de un futuro más pendiente.  Viñas que son maravilla con sus cepas alambradas, siendo orgullo de mí villa sus reflejos y cañadas.  Los campos son la delicia de sueños de labradores, donde el Verdejo es primicia haciendo pueblos mejores.  Septiembre para el olvido sin esperar su retorno, un tiempo nuevo ha nacido para alegrar el contorno.  Aquellos años de penas entre grandes sufrimientos, eran arrastrar condenas sin tener jamás alientos. Septiembre para el olvido en estas fechas templadas, donde se dio por perdido el ganarse las jornadas. Hoy que recuerdo las fechas siento temblor en el alma, los días hicieron brechas mientras se rogaba calma.  Hay muertos en el camino que tuvieron esperanza, y pudieron cambiar signo sin buscar nunca alabanza.  Labradores que buscaban otros pueblos y paisajes, y que algunos lo lograban al cuidar sus equipajes.  No se pueden poner rejas a los muchos inmigrantes, es duro callar sus quejas en ciertos negros instantes.  Castellanos del silencio, entre sueños y templanzas, no permitas el desprecio de tus bonitas andanzas.  Hay Septiembre de camino que tiene sus bulevares, viviendo ambiente divino en muchos de sus hogares.

                                             G X Cantalapiedra.

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