miércoles, 27 de septiembre de 2017

AQUELLA NOCHE DE ENERO QUE SE QUEMO EL AYUNTAMIENTO

AQUELLA  NOCHE DE ENERO,  QUE  SE  QUEMO  EL  AYUNTAMIENTO
Aquella noche de frío y lluvia, sobre las tres y cuarto de la madrugada, del día 3 de enero, de 1961, sentí la campana María, tocando muy deprisa, cómo cuando existía algún peligro inminente, desde mi habitación me dio la impresión, de algún percance grave, sin pensarlo demasiado enseguida me coloque la ropa de trabajo, y mi padre conmigo, salimos a la calle, y en la esquina de la calle del Pozo Bueno, con la calle Real , vimos el resplandor, que era muy grande, y escuchamos una voz fuerte gritando. “Vecinos se está quemando el Ayuntamiento”. Sin dudar ni un momento bajamos corriendo por la Calle Real, y al llegar a la plaza estaban sacando cubos de dentro del Ayuntamiento, para poder acarrear agua, a las bombas que acababan de sacar de dicho Ayuntamiento, para apagar el incendio, el tejado de la parte oeste, era un bloque ardiendo, y con las mangueras se impidió que el incendio se acercara a ese lado, era imposible apagarlo, las llamas se fueron acercando hacia la calle del Cristo. Y aunque a los bomberos de Valladolid, se les había llamado, tardaron en llegar bastantes horas, ya que al hacer su entrada en la plaza, el abucheo y silbidos fue fenomenal, al ser aproximadamente las siete de la mañana, a lo que ellos respondieron una vez en la parte del tejado, con lanzar el agua de sus mangueras hacia el público que estábamos en la Plaza ayudando a sofocar dicho incendio, algunos lasecanos al ver tan fastidiosa maniobra, se marcharon a sus casas, en aquella mañana que el agua se quedaba congelada por el frío, yo con mis amigos de aquella época, estuvimos moviendo una de las bombas de lanzar el agua, durante bastante tiempo, era un trabajo de fuerza, y la juventud respondía, el alcalde de entonces, Cesar Nieto, convoco a los vecinos a seguir trabajando todo el día, para poder ayudar a la limpieza de todos los locales. Un grupo de jóvenes cumpliendo sus ordenes, nos dedicamos a subir libros, sobre media mañana, a la casa de El Señor Teodoro Sanz, entonces de Don Antonino Sanz, y familia, allí subimos cantidad de libros, para que no desaparecieran, en aquel siniestro, donde nadie pidió explicaciones, de cómo sucedió, y cuál fueron las causas, La Seca en aquel momento estaba callada, y no respondía a ninguna catástrofe, ni las autoridades de entonces hicieron una valoración de las causas del incendio, nadie sabía nada, y el silencio era la mejor medicina. Para evitar que te señalaran con el dedo. Digamos que todos aquellos amigos míos, que trabajamos aquel día sin cobrar y sin descanso, hoy día me parece que no queda nadie en La Seca. Hubo personas que ese día se marcharon a trabajar en sus fincas, al no sentirse llamados por dicho alcalde, al que no quisieron hacer caso. Hoy se me vino a la memoria, toda aquella historia, con su frío, y menos mal que yo llevaba unas botas de goma, sí no hubiera acabado, con los pies chorreando agua. La televisión española, acudió casi a medio día, y filmo una de las bombas echando agua sobre maderos quemados, ya en la Plaza de España. Y también, la fachada de dicho Ayuntamiento. Fue una noche para recordarla, aún cuando voy a La Seca, se me viene a la memoria, aquel resplandor del fuego, y la gente tratando de ayudar en lo que podía, Seguro que muchas personas de mí edad y aún mayores, recordaran dicha noche trágica. Ya en aquel año, Las bodegas empezaron a sentir las inundaciones, que costaron muchas viviendas, y la emigración entonces forzosa, de algunos lasecanos, que intentamos abrirnos camino, en cualquier parte de España, eso sí, sin perder nuestra historia, y raíces. Todos episodios que vivió La Seca, en aquellos tristes años, no fueron demasiado explicados, y es más, creo que nadie pidió explicaciones, a veces las verdades son dolorosas, pero las heridas es mucho mejor curarlas, un abrazo a mis paisanos. G X Cantalapiedra.      

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