CALPE Y
SU PEÑÓN DE
IFACH
El
Mediterráneo baña
a
sus piedras milenarias,
es
digno lugar de España
con
vistas extraordinarias.
Se
divisa su colina
donde
se frenan los vientos,
y
corre la brisa fina
de
muchos momentos tensos.
Trescientos
treinta y dos metros
para
subir a su cima,
entre
riscos y arbolados
que
suelen dar este clima.
Un
kilometro de largo
tiene
su base de piedra,
que
nunca parece amargo
aunque
se ve poca hiedra.
Peñón
lleno de leyendas
en
diferentes culturas,
yo
pisé sus bellas sendas
sin
conocer amarguras.
Precipicios
peligrosos
que
suelen causar desgracias,
más
hay momentos dichosos
entre
sueños de distancias.
Calpe
tiene de testigo
esas
piedras enmarcadas,
pero
nunca ve castigo
el
subir sus andanadas.
El
Mediterráneo altivo
le
da reflejo constante,
y
Calpe encuentra el motivo
de
ver su imagen brillante.
Entre
brisas marineras
y
paisajes delirantes,
el
Peñón tiene barreras
con
peligros acechantes.
G X Cantalapiedra.
Dedicada a mí amigo de la infancia
Antonio Domínguez Camaño. Que allí descansa.
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