miércoles, 30 de enero de 2019

BRISAS DE LA MADRUGADA

BRISAS DE LA MADRUGADA Cuando las nieblas despliegan en las orillas del Duero, son humedades que riegan cual si fuera un aguacero. Brisas de la madrugada con sus caminos inciertos, a veces son la andanada que suelen dejar los vientos. Campos que siguen desiertos entre las nieblas heladas, alguien recuerda los muertos en las grandes escarchadas. Sentir los vientos más fríos en estas duras mañanas, que dejan escalofríos al ver ilusiones vanas. Madrugadas junto al Duero con hielos dejando escarcha, este frío verdadero a los pájaros engancha. Soledades que se pierden sin entender de distancia, dicen que pocas entienden de la dura petulancia. Estas nieblas depresivas que dejan campos marcados, a veces son abusivas en sus retornos logrados. Pradera toda de blanco como una alfombra adornada, la niebla baja al barranco sin verse diseminada. El Duero vive sus nieblas que nunca son decoradas, algunos las ven tinieblas entre brisas marginadas. G X Cantalapiedra.

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