EL OTOÑO CASTELLANO

EL OTOÑO CASTELLANO Corren los vientos del norte entre los pinos del Duero, el frío marca el resorte con sentido a romancero. El otoño se aproxima sobre surcos y senderos, y se contempla la cima entre cardos borriqueros. Llega el otoño a Castilla sin apenas entenderlo, se prepara la semilla para sembrar su gran suelo. Las nieblas vienen callando en el más crudo silencio, el campo lo va notando y el frío pone su precio. Las noches se vuelven frías, la escarcha levanta el vuelo, y el viento da melodías que jamás dieron consuelo. Las vendimias con lagares hacen crecer muchos sueños, y el campo tiene lugares de ver momentos risueños. Esa Castilla que amamos con sus vivos y sus muertos, desde lejos contemplamos sufrir momentos inciertos. La tarde se va marchando con nubes que dan reflejos, el ambiente está dejando promesas de tiempos viejos. Labradores castellanos duros como el mismo acero, tienen hermosas sus manos sabiendo decir te quiero. G X Cantalapiedra.