MUCHAS
HORAS DE VOLANTE,
CON EL CAFÉ
POR DELANTE
Muchas horas al volante fueron su vida
nocturna,
en su mirada arrogante tuvo que brillar
la Luna.
El café marcó sus pasos en las noches
madrileñas,
para evitar los fracasos y hacer las
horas risueñas.
Cafés llenos de leyendas entre brisas
del asfalto,
en Madrid no quieren sendas que puedan causarte
llanto.
El sueño se despistaba con el café bien
servido,
y en las calles encontrabas señales de
un mundo herido.
Drogadictos sin fortuna buscando nuevas chabolas,
enfermos desde su cuna, la muerte camina
a solas.
Café en noches centradas en buenas cafeterías,
existen vidas marcadas que buscaron
agonías.
La noche tiene su encanto aunque nos
parezca fría,
el café te anula el llanto y proyecta
fantasía.
Noches de dudas sembradas entre sucios
barracones,
fueron caminos pisados sin encontrar
soluciones.
En las noches misteriosas el café dejó
constancia,
y sus aromas dichosas daban aires de
arrogancia.
Vicios llenos de torpeza que por la
noche triunfaban,
el café daba firmeza que ciertas gentes
gozaban.
Hablaban de drogas duras en las zonas
más quemadas,
Madrid sufriendo locuras en chabolas
marginadas.
Aquel Madrid de la noche con el café por
el medio,
tuvo que sufrir reproche al no conocer
remedio.
Abstinencias peligrosas en corazones
sentidos,
enfermedades latosas en los jóvenes vencidos.
Atrás quedaron historias con sus nombres
doloridos,
no fueron tiempos de glorias, ¡¡sí de jóvenes
perdidos¡¡.
Los cafés cómo testigos de los negros
comentarios,
la droga no tiene amigos, más siempre
dará calvarios.
G X Cantalapiedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario