sábado, 16 de diciembre de 2017

MUCHAS HORAS DE VOLANTE, CON EL CAFÉ POR DELANTE.

MUCHAS  HORAS  DE  VOLANTE,  CON  EL  CAFÉ  POR  DELANTE
Muchas horas al volante fueron su vida nocturna,
en su mirada arrogante tuvo que brillar la Luna.

El café marcó sus pasos en las noches madrileñas,
para evitar los fracasos y hacer las horas risueñas.

Cafés llenos de leyendas entre brisas del asfalto,
en Madrid no quieren sendas que puedan causarte llanto.  

El sueño se despistaba con el café bien servido,
y en las calles encontrabas señales de un mundo herido.

Drogadictos sin fortuna buscando nuevas chabolas,
enfermos desde su cuna, la muerte camina a solas.

Café en noches centradas en buenas cafeterías,
existen vidas marcadas que buscaron agonías.

La noche tiene su encanto aunque nos parezca fría,
el café te anula el llanto y proyecta fantasía.

Noches de dudas sembradas entre sucios barracones,
fueron caminos pisados sin encontrar soluciones.

En las noches misteriosas el café dejó constancia,
y sus aromas dichosas daban aires de arrogancia.

Vicios llenos de torpeza que por la noche triunfaban,
el café daba firmeza que ciertas gentes gozaban.

Hablaban de drogas duras en las zonas más quemadas,
Madrid sufriendo locuras en chabolas marginadas.

Aquel Madrid de la noche con el café por el medio,
tuvo que sufrir reproche al no conocer remedio.

Abstinencias peligrosas en corazones sentidos,
enfermedades latosas en los jóvenes vencidos.

Atrás quedaron historias con sus nombres doloridos,
no fueron tiempos de glorias, ¡¡sí de jóvenes perdidos¡¡.

Los cafés cómo testigos de los negros comentarios,
la droga no tiene amigos, más siempre dará calvarios.

       G X Cantalapiedra.

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