LAS VERDADES DE ALICANTE
El
Mediterráneo altivo
nos
deja su gran firmeza,
y
buscamos el motivo
que
tiene su fortaleza.
Las
brisas que van llegando
a
la costa alicantina,
vienen
su frío dejando
desde
el mar a la colina.
Alicante
marinera
llena
de luz y armonía,
es
la tierra salinera
donde
existe simpatía.
Palmeras
que son testigos
de
paisajes y leyendas,
donde
surgen los amigos
en
las más queridas sendas.
Mirando
la lejanía
se
divisa el Cabo Huertas,
con
sus calas de armonía
que
nunca se ven desiertas.
Vivir
la vida tranquila
en
la ciudad de Alicante,
es
ver que la vista enfila
esa
Explanada gigante.
Laderas
en su Castillo
llenas
de piedras airosas,
que
a veces sueltan un brillo
para
verlas más hermosas.
Alicante
de posada
entre
flores caprichosas,
ciudad
que vive encantada
en
sus horas más dichosas.
En
las costas de Levante
el
mar te da compañía,
y
es el más querido amante
que
puede darte alegría.
G X Cantalapiedra.
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