ENTRE
PASOS SIGILOSOS
DENTRO DEL HOTEL PALACE
Cómo un burgués estirado
sin preguntarme siquiera,
sí mí nombre
fue marcado
en
alguna primavera.
Caminé
por sus pasillos
todos muy
bien decorados,
comprobando
que sus brillos
son hoy
sueños encantados.
Sentí
gritar mí conciencia
cómo un
pobre condenado,
y a
nadie pedí clemencia
estando
dentro invitado.
Sillones
que son de lujo
con
mesas acompañando,
algo conservan
de embrujo
que te
pueden ir marcando.
Noté la
voz del destino
sin sentirme
encadenado,
la vida
te marca el signo
dejándote
equivocado.
A las
ocho de la tarde
pise su
suelo mimado,
y el tiempo
no pasa en balde
ni
quise estar despistado.
Con la
ropa de festivo
entre gentes
elegantes,
sin
entender el motivo
no tuve
gestos distantes.
Los
sueños se van perdiendo
sí son
sueños delirantes,
la vida
te va ofreciendo
mil
alegrías constantes.
No
puedes cerrar las puertas
que te
ofrecen cada instante,
mejor
tenerlas abiertas
aunque
fueras inmigrante.
G X Cantalapiedra.
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