COMPARACIONES DE
IGLESIAS
DE LA
SECA, VALLADOLID Y
SIGÜENZA, GUADALAJARA.
En
aquel día veintinueve de enero, el sol parecía estar escondiéndose por el Monte
Pedroso, un lugar al oeste de aquella localidad, que tenía una pequeña
pendiente desde aquel valle, donde aparecían las desgracias cada día. Eran las
siete menos cuarto de la tarde, de un
día normal del año 1962, los habitantes del valle, cada cual en su
trabajo, pasaban aquella tarde, sin pena ni gloria, aunque no tardo en aparecer
la sorpresa. Un ruido atronador inundo el valle, y detrás una enorme polvareda,
y unas voces que salían de ciertos corrales, gritando, “La Torre, La Torre”.
Eran personas que desde sus manojeras, tuvieron la suerte o desgracia, de ver
cómo aquella bonita Torre, se caía, sin antes no a ver dado, ni un pequeño
aviso. Las horas siguientes fueron de tragedia local, el Párroco y las
autoridades de entonces, se dedicaron a avisar a las gentes, para que se
colaborara, en el desescombro, ya que parecía la iglesia, cómo sí una tanda de
bombas arrojadas por aviones, hubieran hecho tal desastre. Algunas personas
incluso sin ser demasiado católicas, pensaban sobre la ultima desgracia. No es
posible que dios nos haya abandonado, y solo recibamos su castigo, ya que el
año pasado, el día tres de enero, nos quedamos sin Ayuntamiento, ni escuelas, las
bodegas están llenas de agua, que algunas se pueden hundir por la humedad, y
aquí nadie se encuentra seguro. Las personas religiosas, pensaban algo
parecido, aunque la mayoría ocultaba sus pensamientos, ya que hasta la Cruz del
Alto de La Granja, había desaparecido, y los comentarios en la intimidad,
quedaban ocultos. Aquella villa castellana, parecía no saber cuándo terminarían
sus desgracias, y empezarían de nuevo a salir de tan mal augurio, La televisión
española, dio la noticia, y los periódicos nacionales y provinciales, lo
expusieron, Más aunque hubo ayudas, muchas de las desgracias, dejaron sus
huellas, y los emigrantes que hacía tiempo habían salido, de dicha localidad,
preguntaban desde sus lugares de entonces. “ Qué pasa por ahí, que todo parece
ruina, y penalidades”. Algunas personas comentaban, “sí esto sigue así, está
villa desaparecerá”, En aquellas fechas todo parecía dudoso, los sentimientos
se confundían, aunque fechas posteriores, se iniciara el construir el barrio
nuevo, y la reconstrucción de La Iglesia, dejando a la segunda iglesia, sin
retablo Mayor, ni imágenes religiosas, al tiempo que el Ayuntamiento, se empezó
a arreglar su tejado, y algunos departamentos del edificio.
Esta semana visite Sigüenza, de Guadalajara. Y
su Iglesia de Santiago, está empezando a ser reconstruida, ya que durante la
Guerra incivil del año 1936, fue bombardeada, por los aviones italianos, y
dejando una ruina que parecía no ser posible arreglarla, Toda la cubierta del
techo, ha sido colocada ahora, y su suelo está siendo escavado, por sí quedara
alguna bomba enterrada, Los habitantes de dicha localidad, la mayoría no había
tenido la oportunidad de verla por dentro, y conocer los grandes daños, que
sufría en aquel bombardeo, Hoy por lo menos la guía que llevamos, nos explico el
cómo y porque, de tan terrible tragedia, al ver las paredes sin nada y sin
saber cómo pudo ser aquella iglesia, se me represento, aquella tarde en La
Seca, al entrar y ver aquel desastre, que pienso se podía a ver evitado, sí se
hubiera mantenido una vigilancia sobre los edificios públicos de entonces, que
carecieron de interés, para algún mandatario de entonces, Hay desgracias
evitables, y otras imposibles de evitar, hay lugares que a veces te llevan a
recordar, aunque sean distintas localidades, pero mí memoria no deja de
funcionar, y sentir las tragedias de mí valle sin poderlas olvidar. Son los
recuerdos del alma que te hacen meditar, y conseguir esa calma de ver la
realidad. G X Cantalapiedra.
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