jueves, 19 de septiembre de 2019

PASEANDO POR LA CIMA DE MADRID

PASEANDO POR LA CIMA DE MADRID Por aceras luminosas sin notar apenas gente, voy viendo rosas hermosas en este bonito ambiente. Madrid respira con humos sin poner ninguna duda, tubos de escape nocturnos dejan su mala fortuna. Caminantes de caminos que conocen bien el clima, algunos serios destinos pueden llevarte a la cima., Dicen que viene lloviendo sin esperar condiciones, la tormenta va exigiendo un montón de precauciones. Madrid de calles abiertas con serias contaminaciones, pueden ser rutas desiertas en penosas ocasiones. La gota fría nos llega con sus malas consecuencias, dicen que aquí se despliega para dejarnos sus ciencias. Sin temores al mañana ni predicar nada raro, alguna tormenta vana puede ver el cielo claro. Las tormentas de verano que dejan huellas profundas, tienen su camino ufano y son a veces rotundas. Los arroyos madrileños fueron repletos de casas, hoy en día tienen dueños donde las aguas arrasan, Desfiladeros tapados, con sombras que son clamores, hubo tiempos enmarcados que luego dejan dolores. Un arroyo es la eme treinta que se llamó Abroñigal, que jamás se tuvo en cuenta y su trayecto es fatal. Madrid de muchos barrancos que apenas tienen salidas, que pueden formar atascos y dejar casas hundidas. Más no vale estar alerta en las fechas de verano, donde cualquiera tormenta le inunda al mejor humano. De nada sirven lamentos después de pisar los barros, hay que evitar sufrimientos sin pensar en viejos carros. Los milagros no se estilan en las tormentas dichosas, muchas nubes se perfilan para sentirse marchosas, Madrid soñando con flores en el final del verano, hay tormentas con dolores que sufre cualquier cristiano. El mañana tiene prisa para vernos suspirando, Madrid conoce la brisa de las lluvias salpicando. Con temores de tormentas las fechas siguen pasando, muchos sueños se detestan si pueden venir dañando. Entre serias conclusiones y preguntas sin destino, brillan malas soluciones si es penoso el desatino. Viene el mañana corriendo para dejarnos sus huellas, esta noche voy viviendo los brillos de las estrellas. Tranquilidad a raudales para todos madrileños, las tormentas naturales no suelen poner empeños. G X Cantalapiedra.

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