NO HUBO DUDA EN ALICANTE

NO HUBO DUDA EN ALICANTE Entre playas y emociones buscando signos perdidos, sintieron las vibraciones de lugares elegidos. Alicante les marcaba sus ilusiones sentidas, sobre su ciudad flotaba muchas horas escogidas. Las palmeras con sus fuentes entre brisas marineras, las tuvieron tan presentes que fueron rosas certeras. Alicante con carisma de su cielo azul potente, a la vez tiene marisma con un frescor permanente. Brisas del Mediterráneo van por sus Ramblas de flores, y en las tardes de verano parecen sueños de amores. Sin dudas en Alicante entre montañas y barcos, con un paisaje elegante se viven los desembarcos. Tierra de grandes palmeras y de muy buenos cantantes, colores de primaveras con músicas expectantes. Esta tierra levantina cargada de sentimientos, en la noche se adivina que olvida los sufrimientos. Al contemplar las palmeras el corazón va gritando, sin temer esas esperas que son momentos gozando. G X Cantalapiedra.