martes, 11 de diciembre de 2018

ENTRE OCAÑA Y ALBACETE.

ENTRE OCAÑA Y ALBACETE Aquel día del mes de diciembre, del año 1978. Aquel matrimonio, que vivía en un barrio apartado del centro de Madrid, tuvo un aviso de un familiar cercano, que residía en Villena, Alicante, para comunicarles que la madre del marido estaba en estado crítico, con bastante rapidez, decidieron salir camino de dicho lugar, su coche era un Simca 1000, y en aquellos años, era un vehículo que circulaba bastante bien, sobre las doce de la noche, salían por la carretera de Andalucía, camino de Ocaña, donde empezaba la carretera que les llevaría hasta la Roda, aunque la distancia era casi de 365, kilómetros desde su vivienda, hasta Villena, pensaban que en tres horas y media podían estar allí, pero el destino es a veces un traidor, que te deja sin respuesta, cuando más falta te hace. Ya que como unos 10, kilómetros de Las Pedroñeras, el coche empezó a dar bandazos, y su rueda trasera derecha, acabo sin aire y con un pinchazo bastante grande, en aquella oscuridad tuvieron que cambiar la rueda, y de nuevo comenzar su camino, pensando que si volvían a pinchar, tendrían muy difícil el continuar esa noche de casi invierno, al seguir su ruta, se dieron cuenta que una luz muy luminosa, les iba marcando la carretera, de momento pensaron en un posible helicóptero, pero de repente vieron una enorme nave, sobre su techo, de unos cincuenta metros de diámetro, que les paso silbando y dando diferentes tonos de colores en sus ráfagas de luz, el miedo que les proporcionaba aquel objeto luminoso a las dos y media de la madrugada, al ver que les pasaba por encima, y de nuevo volvía a recorrer la carretera, en dirección contraria, en aquellos momentos ni un solo vehículo, circulaba por aquellos lugares, el marido y la esposa, hablaron de lo que les pasaba, y el miedo era atroz, intentaron meterse en un camino de fincas de labor, pero la luz de objeto solo les dejaba ver el camino derecho de dicha carretera, así circularon un buen rato, hasta su llegada a la Roda de Albacete, ya que antes ni se enteraron del paso por ningún pueblo, en La Roda intentaron buscar algún bar abierto, para contar su experiencia nocturna, pero todo resulto nefasto, ni personas había en sus calles, sin pensarlo demasiado, continuaron por la carretera de Albacete, y en ella de nuevo aquel objeto, les fue siguiendo desde más altura, ya que ellos no alcanzaban a verle, sin embargo, un rayo de luz les daba sobre el capo del coche y su luna delantera, dejándoles casi sin visión, llegando a la ciudad y atravesando por su centro, pero no pudieron ver a nadie, ni siquiera a la guardia civil, o a los guardias municipales, todo resultaba extraño, era como si una maldición les fuera siguiendo, una vez pasado Chinchilla de Montearagon, el rayo de luz volvió de nuevo a sobresaltarlos, y el marido y la esposa, llenándose de valor, continuaron su carretera, sin querer hacer caso a dicha anomalía, que parece que antes de llegar a Almansa, desapareció por completo. Al llegar a Villena, el matrimonio se dirigió a la casa de su hermano, donde no dijeron nada, para no asustar a la madre que en esos momentos estaba a punto de fallecer, ya que les pudo hablar y comentar, “Tenía miedo que no pudiera veros antes de morir, las carreteras están llenas de peligros, que a veces nos dejan sin respiración”. Fueron esas sus últimas palabras, ya que en esos momentos fallecía, y se quedaban con muchas más dudas, de lo que les había pasado a ellos, en aquel viaje lleno de misterios, donde el final de una vida, les daba razones para dudar de su propia existencia. Villena está llena de misterios imposibles de entender….. G X Cantalapiedra…

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