viernes, 14 de diciembre de 2018

EL CAMINO DE VILLENA PARA BUSCAR ESPERANZA.

EL CAMINO DE VILLENA, PARA BUSCAR ESPERANZA Eran las fechas de los Santos, cuando aquel matrimonio, en el año 1998, se dispusieron ir a visitar a uno de los famosos curanderos de Villena, en la provincia de Alicante, el tiempo corría en contra del marido, que habiendo recurrido a varios especialistas, del tema del cáncer de medula, no encontraba ninguna solución a su grabe problema. Algún vecino les indico que en Villena, la ciudad de los brujos o curanderos, había profesionales del tema del naturalismo con brujería, que podía darles una solución a tan penoso caso, el tiempo marcaba sus horas de supervivencia, y sin dudarlo más, trataron de dirigirse hasta el lugar donde les indicaban. Las posibilidades del matrimonio eran económicamente buenas, y sin pensarlo demasiado, alquilaron un taxi de Madrid, que les llevó y después les traería de nuevo a su domicilio, más aquel viaje resulto no ser nada fácil, el camino entre niebla y lluvia, no fue demasiado tranquilo, incluso el marido tuvo que pasar al servicio de alguna cafetería de dicha carretera, para poder estar limpio en su intestino, ya que el miedo a su triste enfermedad le hacía ver el trayecto con mucha desesperación, aunque la conversación fue amena, pero el peso de la enfermedad era un continuo lamento de aquel matrimonio, que tenía que tocar su último rincón de esperanza de vida, al pasar por la Roda, trataron de tranquilizarse un rato, ya que en una de sus paradas obligadas, escucharon comentar a dos camioneros hablar de dicha localidad de Villena, como la ciudad de España, con más curanderos o brujos, lo que al matrimonio les tranquilizo. Y al continuar carretera o mejor dicho la autovía 31, les daba un pequeño respiro, que trataron de olvidarse del tema durante un largo rato. Al pasar por Chinchilla de Montearagon, hubo comentarios de todo, aquel Castillo fortaleza, daba mucho de sí, su historia y su pasado durante algunas guerras civiles de España, marcó diferentes puntos de vista, lo que fue objeto de comentarios contra las guerras y mucho más las civiles, que dejaron un montón de muertos, con el único objetivo de quitar a unos para ponerse los otros, y seguir robando cuando pudieron al ocupar cargos de responsabilidad. Aunque llegaron a un completo acuerdo viajeros y conductor, comentando, casi siempre pagan los mismos, los forofos de las ideas metidas en las mentes, que aunque vayan contra corriente, se ven los mejores y más decentes, y cuando ganan encima se ven los más valientes. Comentaron el ser humano no tiene arreglo, pero las enfermedades tampoco, algunas veces se pueden arreglar. La llegada a Villena con su Castillo, brillando al lado de la autovía, era un símbolo del pasado del marquesado de aquellas tierras conquistadas a los musulmanes, y que tanto dolor costaron a los sufridos cristianos, que regaron con su sangre aquel terreno de la tierra Levantina, y que después de muchos años, siguen las diferencias humanas. Al entrar en Villena, preguntaron por el curandero, y les hablaron de tres personas distintas, que les podrían curar sus males, visitaron a dos de ellos, las soluciones eran parecidas, hierbas y potingues, que quizá les curarían sus males. El marido se dio cuenta que su final era próximo, ya que los comentarios que le hicieron, no le parecían ser remedio para su tremendo mal. Sin apenas detenerse demasiado, entraron en una cafetería, y comentaron su drama, el camarero les indico otro nuevo curandero, este un poco más raro que los otros dos, pero sin tener la vara mágica de poder curar tan maligna enfermedad. Sin querer ver a nadie más, tan solo con hierbas compradas y pastillas sin apenas saber para que servían, decidieron volver a su hogar en Madrid, donde decidieron seguir los caminos de la medicina, sin poder solucionar su grabe estado, ya que en pocas fechas más tarde, el marido inicio su camino sin retorno. G X Cantalapiedra.

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