lunes, 25 de noviembre de 2013
INVIERNO DEL 67,
INVIERNO DEL 67
Pise nieve sin templanza
en el Ferral del Bernesga,
conocí poca alabanza
en aquella etapa negra.
Campamento de pasiones
entre fríos y ventiscas,
la nieve daba emociones
a reclutas tremendistas.
El Rasero marco pasos
a la vez que confusiones,
se notaban los fracasos
y las torpes vibraciones.
Marchas que fueron nocturnas
entre lluvias torrenciales,
prisas siempre inoportunas
como señales normales.
Marcar el paso constante
era señal de optimismo,
siempre mirando adelante
sin tener miedo al abismo.
Aquel silencio nocturno
que nos dejaba tranquilos,
y el comer en primer turno
sin importarnos los kilos.
Hoy todo parece un sueño
de aquel sufrido periodo,
a veces pongo mi empeño
en no recordar el NODO.
El Ferral esta distante
aunque recuerdo su río,
y en algún preciso instante
sufrir su viento tan frío.
Todo queda en la memoria
como un recuerdo sentido,
el Ferral tiene su historia
de un ayer comprometido.
G X Cantalapiedra.
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