EL GALLO FANFARRÓN ARROGANTE Y CANTADOR.
Cuentan algunas leyendas, que por las tierras castellanas, siempre los gallos de corral tuvieron sus trágicas historias.
En la casa de un pequeño labrador de las tierras de Medina, se forjo la leyenda del famoso gallo Fanfarrón.
El preciado gallo tenia sus plumas del color del arco iris, y su cresta roja y empinada demostraba la arrogancia y el valor de aquel temido gallo.
Las gallinas todas se sentían defendidas por el gallo, que de vez en cuando se subía a las tapias del corral para soltar sus kirikikis,
Aunque a veces era perseguido por el hijo de su dueño, cuando su padre se encontraba presente, y que le parecía una buena diversión cuando maltrataba al gallo y las gallinas con el palo de una escoba,
El gallo Fanfarrón parecía tenerle entre sus enemigos, y espero bastantes días a que el chaval Samuel que tendría 6, años se encontrase solo para poder atacarle.
Aquel chaval que era el tesoro más grande que su padre decía tener, cuando le abrazaba entre sus brazos, y de lo cual Samuel se enorgullecía.
El corral que era un hermoso patio, tenia un poyo de piedra donde se sentaban en el tiempo de verano, y allí fue donde Samuel el chaval de ideas malas y rebeldes sufrió el mayor ataque que se puede sufrir de un gallo con grandes espolones,
Samuel entretenido no se percato que Fanfarrón le preparaba un ataque,
Cuando se quiso dar cuenta el flamante gallo Fanfarrón, estiro sus alas, y se lanzo sobre Samuel, que solo pudo poner sus brazos por delante, y Fanfarrón con sus garras de gallo valiente le rompió la ropa que bestia, mientras que Samuel gritaba pidiendo ayuda a su madre, que al sentir los gritos salió deprisa al patio para defender a su hijo del ataque del gallo Fanfarrón, que parecía dispuesto a darle una buena paliza por lo menos a Samuel, ya que su madre con la tabla de lavar le dio golpes al temido gallo y consiguió quitarle de encima de Samuel sus garras.
Al caer la tarde, el padre de Samuel llegaba de sus faenas agrícolas, y pronto su esposa le conto lo ocurrido.
El padre de Samuel al ver a su hijo arañado y dolorido, se dirigió hacia el gallinero, donde dormían las gallinas y el famoso gallo Fanfarrón.
No le dio tiempo al gallo de defenderse, las manos de aquel labrador eran duras y fuertes, y agarrándole a Fanfarrón por las patas, se dirigió hacia la cocina de la casa, donde acabo con la vida del gallo más bonito que piso los patios de Medina y su comarca.
Samuel pensó, por que el día que tuvo el martillo en la mano no le ataco Fanfarrón.
por su mente pasaron muchas fechorías y su trato inhumano sobre los animales que su padre poseía, pero no se le borraba la idea de lo que había hecho días antes del encuentro fatal en el corral, el chaval con el martillo que su padre usaba para hacer trabajos, machacaba un rosario de plata, sobre aquel poyo de piedra blanca,
que a la vez de servir de asiento aquel día hizo de yunque para dejar destrozado aquel rosario que su madre guardaba en una hermosa cómoda, dejándole plano por completo, incluido el crucifijo con el que su madre rezaba el rosario casi diariamente.
La madre de Samuel, casi al reconocer el rosario sufría un ataque de ansiedad, ya que dicho rosario, había pertenecido a su familia mayor.
Samuel no se asusto, sabia que su padre le apoyaba en sus travesuras, y aquella fue una de sus muchas fechorías.
El recuerdo de Fanfarrón sigue perenne, sobre aquel patio corral, donde su huella dejo
en su forma de cantar en la madrugada, que serbia de despertador a toda su barriada.
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