Por los caminos del Duero voy caminando tranquilo,
en mi caminar sincero un nuevo rumbo perfilo.
Quien pudiera como el Duero, sin hacer esfuerzo alguno,
conocer el mes de enero con tanto hielo oportuno.
Pasar los años sin prisa entre grandes arboledas,
y conocer esa brisa que hace grandes hoy sus sendas.
Brillar con la luz de luna en noches de peimavera
y cantarle a la fortuna y al amor cuando se espera.
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