jueves, 24 de abril de 2014

AQUEL 25 DE MAYO DE 1938 La muerte llego volando sobre caballos de acero, fueron vidas destrozando con un terror pendenciero. Alicante fue objetivo del fascismo aventurero, era claro su motivo de metralla y bombardeo. Eligieron el mercado para matar a su gente, estaba todo marcado, de Alicante penitente. Los fascistas italianos se sintieron muy valientes, sin sentimientos humanos dejaron huellas latentes. Los trescientos once muertos por sus asesinos vuelos, dejaron llantos tan ciertos que apenas hubo consuelos. Mil heridos sin batalla, las bombas siembran el miedo, todo parece que estalla, la muerte no tiene credo. Nueve aviones malditos llenos de bombas y cieno, y el pueblo lanzando gritos al sufrir tan gran veneno. Noventa y seis bombas grandes, Alicante es cementerio, los Savoia son gigantes en aquel ambiente serio. Alicante se lamenta por sus heridos y muertos, y el dolor hasta se aumenta en los momentos inciertos.

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