sábado, 4 de enero de 2014

CASA DE LOS POBRES DE LA SECA

CASA DE LOS POBRES DE LA SECA Conocí siendo muy niño, esa casa mal oliente, donde todos los chiquillos nos asustaba su ambiente. Los pobres, siempre los pobres, la daban uso mundano pero sus malos olores eran de cualquier fulano. Casa llena de tristeza con su suelo tan terrizo, soltaba cierta torpeza a la vez que algún hechizo. De espaldas tuvo la ermita que sola y tranquila estaba, aquella casa chiquita muchos piojos albergaba. Los pobres que la habitaron en aquel bello paisaje, pronto la desalojaron allí no se usaba traje. Las personas responsables nos llamaron la atención, hubo cosas imborrables de perversa sensación. Como jóvenes bromistas que se saben la lección, Jugamos a tremendistas dando mala sensación. Casa llena de miseria de pobreza y compasión, quizá fuera triste y seria sin conocer la ilusión. Frente a la cooperativa una hoguera sin fogón, la casa que estuvo activa termino su compasión. Casa llena de amargura que tan solo sabe Dios, dicen que daba locura en su mala solución. Hubo un maquinista viejo que alguna vez la habito, y rompiendo su complejo saco fuerza y nos grito. Son los recuerdos de un niño de aquella mala gestión, donde faltaba cariño y gestos de comprensión. G X Cantalapiedra.

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