SÚBETE A SAN ROQUE Y MIRA

SÚBETE A SAN ROQUE Y MIRA No pongas muchos prejuicios ni comentes maldiciones, la vida tiene sus juicios con negras cavilaciones. Súbete a San Roque y mira esas calles lasecanas, donde la vida suspira en las más frías mañanas. Allí se van divisando otros pueblos con sus campos, aunque vamos recordando penosos y tristes llantos. Caminos de lejanía con sus viñedos cuidados, esos aires de alegría dejan sueños desbordados. La Ermita sigue brillando desde muy lejanas tierras, y el viento la va marcando con misterios que se cierran. San Roque tiene su enigma de misterios lasecanos, ocupando aquella cima que fue tierra de cristianos. Sombras de viejas historias vienen corriendo a su lado, y sin ser tiempos de glorias es un lugar encantado. Mirar las brisas del Duero con un recuerdo admirado, y sentir que el romancero le tenemos siempre ha lado. Estas alturas perennes que son un rumbo marcado, siempre tuvieron vaivenes siendo un camino anhelado. G X Cantalapiedra.