lunes, 4 de noviembre de 2019

LA FELICIDAD RONDO SUS PUERTAS

LA FELICIDAD RONDO SUS PUERTAS Aquella noche del patrón de la Villa, del año de 1967, el joven soldado se dirigía con una mujer de una edad superior a él en diez años, que desde niño siempre la había tenido en estima, y que muchas noches pensaba en ella como su futura mujer, Sus sueños aquella tarde noche, se veían cumplidos, pudo bailar con ella casi toda la tarde, y al acompañarla a su domicilio, que era el de los padres de la joven, labradores de por vida. El joven la pudo decir, todo lo que llevaba en su interior, y proponerla casamiento al salir del servicio militar obligatorio, y llevarla con él a la tierra Vasca, mejor dicho a Baracaldo. La mujer que siempre había sido muy bella, no le negó nada de aquel recital de buenas y bonitas palabras, tan solo que el tiempo diría lo que les esperaba en el futuro. Aun le quedaban al joven tres días de permiso del ejército de Franco, que aprovechó al máximo viéndose a diario en aquella Villa que los rumores volaban. Y sin tardar demasiado, un solterón labrador y ganadero, avisado por aquel acontecimiento, se puso a poder impedir tal acto, ya que su dinero en aquellos años, era muy poderoso, y era el clásico propietario de fincas, que ni ata ni desata, y que piensa que las mujeres tienen que pretenderle a él, y una vez conseguido su objetivo tenerla a la esposa como criada, ama de llaves, madre de sus hijos, y esclava de sus caprichos. La mujer una vez que se marchó el joven de nuevo a la mili, en Valladolid, pronto apareció aquel solterón con ansias de poseerla, por las buenas o por las malas, y recurrió a diferentes astucias, para poder lograr su vanidad, la mujer no se dejó intimidar, y a diario recibía la carta del soldado, que en aquellos días, fue destinado a efectuar maniobras en el Estrecho de Gibraltar, con el regimiento donde cumplía la mili, pasando casi quince días sin poderla escribir, y viviendo la mujer la incertidumbre, de aquel joven militar, que aún le quedaban diez meses de mili, y su vida lejos de Castilla en Baracaldo. Cuando el joven regreso a su Villa, la mujer estaba preparando su traje de novia, para casarse con aquel solterón, con muy poco sentido humanitario, y con frases y modales de cacique castellano. El joven al volver y enterarse por su madre de la noticia, se quedó sin palabras, apretó sus puños con rabia, y pudo hablar con aquella mujer bella e interesante, pero ella tan solo le contesto, es un paso muy serio el que voy a dar, mi economía sé que estará muy bien, y este hombre lleva detrás de mi hace algún año, lo tuyo y mío, solo lo sabemos tu y yo, y quizá te arrepentirías cuando pasara el tiempo, al haberte casado conmigo, y yo llevarte más de diez años de edad, El tiempo se fue pasando, pero los dos seres humanos se siguieron viendo, en su Villa, y al terminar el servicio militar, se encontró con aquella mujer a la que seguía amando, y la dejó un mensaje, que a ella la marcaria de por vida. en el que la decía así, Eres la mujer que aparte de mi madre, más he querido, te sueño cada día, y seguro que te seguiré soñando, y es posible que nunca te olvide, nunca podré ser feliz, te amo desde niño, antes de que con diecinueve años emigrara a la tierra Vasca. Los años se fueron pasando, y pasados unos diez años, la madre del joven falleció, el joven vino de Baracaldo, y en la casa de sus padres, con su madre de cuerpo presente, tuvo una corta conversación con la mujer que tanto amaba, en la cocina solos los dos, las palabras fueron duras, la mujer le explico. Mi marido es un inhumano, un maltratador, un perro guardián para toda la familia, cuanto me pesa el no haberme casado contigo, soy una mujer desgraciada, pero no hay marcha atrás, mis dos hijos no tienen la culpa de tener un padre cafre. Y tendremos que vivir así en este valle de lágrimas. El hombre lloró, no solo por la muerte de su madre, sino por la mala suerte que tenían los dos en sus matrimonios distintos. Las lágrimas corrían por las mejillas de los dos, pero el destino nunca sabes dónde termina. Aquella bella mujer, con 55, años falleció de un infarto, sin que el marino la respetase en su vida privada, los dos hijos vivieron su vida sin problemas económicos, y el joven aquel de entonces, en sus pasos por la tierra Vasca, paso de todo, terminando separándose de su esposa, cuando su edad estaba para jubilarse, y no paso ni un solo día de su vida, sin pensar en su amor imposible, oliendo la colonia que aquella tarde noche, del patrón de su Villa se le metió en el cerebro, la veía andando, hablando, y hasta en sueños la tenía en sus brazos, como si siguiera viva, nunca quiso cambiar de destino, Baracaldo con su Puente de Simón Drogas, y la calle donde siempre tuvo su domicilio, Juan De Garay. Eran para el su segunda tierra, su contorno de vida trabajando en los hornos de una fundición, que era trabajador desde antes de irse al servicio militar obligatorio, y que allí alcanzaría su jubilación, con el dolor de no poder haber sido feliz en la vida, y a veces se acusaba de haber permitido aquel matrimonio nefasto, que la busco la muerte a su amada y admirada, mujer, sin el intentar el esfuerzo suficiente, para que no hubiera caído en las redes de aquel torturador, inhumano con malas acciones, La vida no siempre te marca el buen camino, ni te pone al aviso de tus grandes torpezas. Somos lo seres humanos los que fracasamos y hacemos fracasar a nuestra propias ideas. G X Cantalapiedra.

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