EL ÁNGEL CAIDO
DEL RETIRO.
En el parque madrileño
sin explicar sí decora,
Bellver nos dejo su empeño
con su estatua rompedora.
Un Ángel endemoniado
dejo sus huellas perennes,
y el viento tiene cuidado
de no producir vaivenes.
Ricardo Bellver cumpliendo
los caprichos del demonio,
trazo sus sueños fingiendo
para formar patrimonio.
El Duque de Fernán Núñez
marcó sus caprichos locos,
y quiso mejor que en Túnez
un Ángel cómo muy pocos.
Plaza del Ángel Caído
donde el Retiro se crece,
no existe nada fingido
la escultura prevalece.
La Fuente suelta frescura
entre chorros soberanos,
y el Ángel no es de locura
ni tiene rotas las manos.
Este Madrid rebosante
de leyendas caprichosas,
a veces es un sedante
que hace bonitas sus rosas.
El Demonio no se cansa
de su postura imperfecta,
ni su figura se amansa
viviendo su vida recta.
Manos de artista celeste
que dejó señas mortales,
el Ángel mira hacia el este
con sus formas naturales.
G X Cantalapiedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario