viernes, 12 de agosto de 2016
LA BORRACHERA DE MOSTO, AL BURRO LE COSTO LA VIDA
LA BORRACHERA DE MOSTO, A EL BURRO LE COSTO LA VIDA
En el año de 1956, cuando la vendimia acabada de terminar, en la Villa de La Seca, Valladolid. El señor Fidel, apodado el “Butre”, se decidió, con su familia, salir de rebusca, para lograr con las uvas verdejas, y las calabazas de su melonar, hacer un montón de arrope, en su hogar. Aquella mañana de finales de octubre, empezaron su andadura, madrugando desde antes de salir el sol, cosa que hicieron para empezar su larga ruta, con el burro de su propiedad, que le colocaron las aguaderas encima de la albarda, para poder llevar su carga de uvas rebuscadas, y que la familia, con sus distintas cestas de mimbre, se decidieron empezar su tarea, por las cercanías de La Seca, su rebusca particular, cosa que iniciaron por el termino de la Guija, y que después continuaron por El Tomillar, y carretera del Puerto, Poza de Los Lobos, Macana, Casa de Nanclares, Cantarranas y Las Bodegas, hasta llegar al Camino Real, donde una vez allí decidieron coger el Camino de La Peña, dirección a la Villa, sin dejar los viñedos nunca, ya que lograron volver hasta La Seca, con una carga aproximada de 90, kilos de uvas verdejas, que después serian hechas mosto, y cocidas con calabaza para hacer el fabuloso dulce de arrope, además de alguna botella de ponche casero. Al llegar a su hogar, en la calle Comuneros, casi esquina con la plazuela de dicho nombre, se adentraron en su domicilio, todo contentos al ver su jornada recompensada, y enseguida decidieron hacer el mosto, pisando todas las uvas verdejas que les servirían para además del arrope, poder beber un poco de mosto refrescado, todo fue lo normal, ya que la mayoría de la gente de la villa, en aquella época es lo que hacía en aquella fecha de final de vendimia, hasta que decidieron entrar en el interior de su casa, para descansar un rato de tan duro recorrido, dejando al burro suelto en la cuadra, y que al oler a dulce, sin que se dieran cuanta de las intenciones del burro, el animal se hizo con el mosto de los barreñones, que se encontraban casi llenos, y que en pocos minutos acabo bebiendo y dejando vacios, sin entender el asno, que aquella bebida le podía causar tanto mal. Cuando el señor Fidel salió para ver el mosto, casi se muere del disgusto, al ver los barreñones vacios sin una gota, intento indagar lo que había sucedido, pero era demasiado tarde, el burro se retorcía de dolores dentro de su cuadra, y su barriga hinchada, demostraba donde se encontraba, toda aquella mercancía fabulosa. No tardo mucho tiempo en fallecer dicho burro, aquella noche de rebusca fue su última noche, los vecinos le daban al señor Fidel, su más sentido pésame, ya que el burro estiro sus patas, por goloso, y además por falta de precaución de su dueño. La voz de aquella desgracia, corrió por los campos lasecanos, donde varias ovejas murieron de la misma forma, ya que las uvas sueltas alrededor de las cepas, llamadas granujas, hicieron causar varias bajas en algunos rebaños, y que sirvió de advertencia, para que la gente lasecana cuidara de su ganado, y supieran del peligro de abusar, de tan preciado dulce. El señor Fidel emigro a Barcelona, pero ya siempre le acompañaría el recuerdo, de aquella fecha fatídica, de la muerte de su burro, que en toda la zona del Rancho, y calles adyacentes, sirvió de ejemplo, para que no se volviera a repetir, dicha historia, entre los habitantes de esa Villa, que fue y seguirá siendo, LA CUNA DEL VERDEJO, dese hace muchos siglos…. G X Cantalapiedra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario