miércoles, 19 de febrero de 2014
75, AÑOS DE LA MUERTE DE DON ANTONIO MACHADO RUIZ
El camino del destino
siempre guarda algún fracaso,
que no debe ser divino,
pero sí te marca el paso.
Es Don Antonio Machado
un profeta de su sino,
en su transcurrir pasado
hoy nos parece adivino.
La esperanza de su vida
se marchito sin fragancia,
quizá se llevo la herida
de morir en la distancia.
El exilio le esperaba
con su terrible tragedia,
y la muerte le llegaba
sin que existiera comedia.
Sus huellas sobre el camino
son canciones permanentes,
sus frases que hilaron fino
están por siempre presentes.
Machado sigue su rumbo
aunque en Colliure muriera,
van sus versos por el mundo
soñando la primavera.
Machado dejaba España
entre cenizas y muerte,
pisando una tierra extraña
donde se nublo su suerte.
La soledad le acompaña
y le llena de tristeza,
pensaba mucho en España
con su guerra de torpeza.
El exilio le tortura
viendo sufrir a la gente,
con ambiente de amargura
en estado permanente.
Los versos del caminante
se cruzan en su camino,
nada parece distante,
Machado fue un adivino.
Hoy los pinares de Soria
siguen fieles a Machado,
saben que tienen historia
de su verso enamorado.
Su memoria sigue viva
en los caminos de España,
su recuerdo te motiva
y a nadie le suena extraña.
Desde las tierras de Soria
con sus pinares cantados,
guardaran en la memoria
sus paisajes recordados.
Machado marco caminos
que jamás podrán borrarse,
sus escritos son tan dignos
que llegan a comentarse.
Setenta y cinco años marcan
las fechas de su infortunio,
y en mi memoria se embarcan
sus misterios de uno en uno.
Las dos Españas sangrando
cuando Machado moría,
quizá se marchó pensando
en tan terrible agonía.
Setenta y cinco años duros
para muchos exilados,
son pasajes tan oscuros
que les tenemos grabados.
Machado ya no se olvida
aunque quisieran borrarle,
fue triste su despedida,
más hoy queremos cantarle.
G X Cantalapiedra.
22 – 2 - 2014
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