LAS PIEDRAS DE CASTROVIEJO
El que pisó Castroviejo
lo llevara en su memoria,
nada te parece viejo
aunque rebose de historia.
El Duero vive a su lado
como el más fiel compañero,
seguro que está encantado
en su cauce aventurero.
Piedras llenas de recuerdos
entre sueños prolongados,
estos paisajes son cuerdos
y a la vez son añorados.
Pinos que parecen velas
por sus rectas trayectorias,
caminos que son escuelas
entre laderas de glorias.
Castroviejo de destino
entre piedras milenarias,
el frío marca su sino
en las noches solitarias.
Balcón mirando a Duruelo
y a la vez a Covaleda,
pareces tocar el cielo
sobre su hierba de seda.
Las sombras que dan sus pinos
son la pura sintonía,
aunque soplen vientos finos
se respira la armonía.
Castroviejo con testigos
en las cumbres de la sierra,
sus pinos son los amigos
de las gentes de esta tierra.
Al bajar de Castroviejo
la vista mira a la sierra,
no sientes ningún complejo
ni la memoria se cierra.
G X Cantalapiedra.
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