jueves, 3 de marzo de 2016
EL UNIVERSO ESPERANDO
EL UNIVERSO ESPERANDO , SIN SABER CUANDO ES LA FECHA
Aquel día del mes de noviembre, el silencio en aquella villa castellana era total, y a la vez triste, los vecinos acababan de dar tierra, a uno de los hombres más luchadores, por defender la cultura, que en aquellos años de mil novecientos sesenta, era muy difícil dar salida a sus inquietudes. El hombre que terminaba de fallecer, era una persona que con su prismático y telescopio, se pasaba las horas en la galería de su vivienda, mirando al universo. Sus palabras entre sus vecinos, eran de completa interrogación, siempre se hacia la misma pregunta, “Que pequeños somos ante tan grande Universo”. Los vecinos algunos le trataban de Julio Verne, y otros a sus espaldas comentaban, está obsesionado con el firmamento, es imposible que él se haga idea, de tantos misterios que en siglos, nunca pudieron ser descifrados. Todos los vecinos aquel fatídico día, pensaron de lleno en lo que aquel hombre medio sabio, les comentaba de vez en cuando, y les hacía pensar un poco más de la cuenta, pero ya él no estaba entre ellos, solo las palabras se sentían repetidas, cómo sin poder encontrar respuesta. “No podemos estar solos en este Universo tan gigante, y algo tiene que existir de vida, fuera de nuestro planeta”. Esas preguntas y las de quien fue anterior “El huevo o la gallina”. Se preguntaba aquel hombre, cómo es posible de la nada, sacar está cantidad de astros, estrellas, planetas y cometas además de cantidad de cosas que andan por fuera de nuestro planeta Tierra. Todo parecía un misterio sin resolver, sus palabras en su villa, eran respetadas y casi nunca le llevaron la contraria, al revés las personas con estudios universitarios, que estaban en su villa destinados, hablaban con este hombre, quizá adelantado a su tiempo, pero sin poder aclarar nunca sus dudas, incluso el sacerdote, allí destinado, le había hablado de los destinos de dios, pero este hombre no se sentía atraído por las explicaciones del representante de la iglesia católica, aunque de vez en cuando sus comentarios se cruzaran, sin llegar a convencer a ninguno de los dos. En la mente de aquel hombre, existía, en aquellos años, cómo podría ser destruida nuestra tierra, por las explosiones de artefactos nucleares, en manos de muy pocos países que en aquellos años, podían tener tan potentes armas. Toda su mentalidad era demostrar, la vida de los humanos desde su tiempo inmemorial, y pensar que algún día, el hombre podría llega a colonizar, otros planetas, y a la vez investigar, cómo pudo ser el principio de tan maravilloso universo, que desde su telescopio, le veía más reducido, que lo que a él hubiera gustado. Todo le parecía raro y maravilloso, a la vez de desconfiar de muchos escritores, que escribiendo algo sobre el firmamento, solo le daban muchas más dudas. Aquel día triste del mes de noviembre, en aquel cementerio, se quedaron muchas horas de lecturas y a la vez de investigación, de aquel hombre que parte de su fortuna, la empleo en aparatos de localización de otros planetas y sus satélites, llegando a tirarse horas enteras, estudiando sus movimientos, y si era posible, divisar lo que parecían pequeños astros, en el horizonte, para poder calcular su rotación y el tiempo que le llevaba. Un día en un café bar de su villa, tuvo la suerte de ser escuchado, sin ponerle ninguna pega, aunque si haciéndole preguntas, y siempre existía esa rara pregunta, “Llegaremos los humanos a colonizar otros mundos”, y el sin dudarlo respondió que sí, que todo eran cuestión de tiempo y dinero, y dijo algo sorprendente, si existen seres con cerebro y manos pinzas, podemos llegar a saber, cómo serán otras diferentes razas y culturas, además de saber cómo piensan ellos, de tan fantástica creación de este Universo, que me parece que no tiene límites, y que nadie de momento puede dar una explicación razonada. Sus vecinos se quedaron todos pensativos, ahora sabían de sobra, que en el planeta que no existieran esos seres, la vida podría continuar años y siglos, y no saldrían de tan estado de situación, solo seres con cerebro y manos pinzas, podrían acelerar la fabricación de artefactos voladores rápidos, para poder trasladarse a otros planetas habitados. Todo aquel repertorio, era un adelanto, de lo que ahora estamos pensando, cantidad de seres humanos, que pensamos que es posible, la llegada de algún ovni o artefacto volador, de otro lugar remoto, que nos pueda aclarar algún misterio. G X Cantalapiedra.
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