sábado, 27 de febrero de 2016

Y AQUEL HOMBRE LLORÓ

Y AQUEL HOMBRE LLORÓ En sus ojos vi tristeza llena de melancolía, no se cual fue su torpeza cuando buscó la alegría. Entre rara simpatía de su pasado orgulloso, nunca demostró armonía en su tiempo vanidoso. La soledad le atormenta en sus años con temblores, y sus temores aumentan cuando le llegan dolores En aquella noche fría de soledad castellana, comprobó que existe el día de vivir la vida ufana. Los vientos le dieron nones por su pasado ruinoso, supo de las confusiones de aquel tiempo tan gozoso. Aquel hombre que lloraba sin explicar sus razones, solito se condenaba entre negras vibraciones. Solo a su dios le imploraba con frases explicativas, más luego se lamentaba de nuevas iniciativas. Sus lágrimas le rodaban por sus mejillas rugosas, y en su cara se paraban cómo dos flores hermosas. Lloró cómo llora un niño cuando le falta su madre, aquel hombre sin cariño jamás le llamaron padre. G X Cantalapiedra.

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