viernes, 26 de febrero de 2016
TENÍA CELOS DEL VIENTO
TENÍA CELOS DEL VIENTO
Amarrado a su destino
entre frases marginadas,
quiso ser un adivino
de noches encandiladas.
Suspiraba cada noche
buscando cualquier escusa,
supo que existe el reproche
y mucha persona ilusa.
Celos al ver su futuro
en manos de la ignorancia,
su presente ve tan duro
que presiente intolerancia.
Celos que marcan su vida
al ver marchar a su esposa,
que siempre la ve perdida
pensando que es una rosa.
Teme tanto su partida
que los celos se desatan,
siente su voz afligida
entre voces que le matan.
Celos del viento que corre
en las tardes tenebrosas,
no es posible que se borre
sus palabras rencorosas.
La ropa la va mirando
cómo testigo de causa,
poco a poco va logrando
celos que no tienen pausa.
A su esposa la vigila
para contemplar sus ojos,
y en su mirada perfila
complejos llenos de enojos.
Celos que amargan su vida
y no saben de razones,
su pecho siente la herida
de hacerse mil conclusiones.
G X Cantalapiedra.
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