viernes, 19 de febrero de 2016
ERA UNA MUJER CASADA
ERA UNA MUJER CASADA
La noche la divertía
y Madrid la emocionaba,
en su corazón tenía
algo que la enamoraba.
Noches de marcha gozosa
sin entender de disfraces,
su marido era otra cosa
siempre pensando en lo que haces.
Trajes llenos de elegancia
para salidas nocturnas,
zapatos de extravagancia
cómo las grandes fortunas.
Aquella mujer casada
que nunca supo de frenos,
quiso ser siempre adorada
sin entender de venenos.
La madrugada marcaba
su retorno al domicilio,
en su rostro se notaba
algo que dicen martirio.
Noches que fueron vividas
con sus pasiones nocturnas,
sus mil razones fingidas
entre frases oportunas.
Cada noche regresaba
sin comentar sus delirios,
y en su casa la esperaba
ciertos y amargos designios.
Era una mujer casada
olvidando a su marido,
que no supo ser honrada
y vio su rumbo perdido.
Madrid cobijo y posada
de la noche más marchosa,
alguna mujer pagada
jamás podrá ser dichosa.
G X Cantalapiedra.
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