jueves, 1 de octubre de 2015
EN LAS PRADERAS DEL DUERO
EN LAS PRADERAS DEL DUERO
Vienen corriendo las brisas
por la Ribera del Duero,
tiene el otoño sus prisas
por recibir aguacero.
En las praderas del Duero
con el verdor de otoñada,
llega el frío traicionero
dejando la tierra helada.
Corren los vientos del norte
dejando frías escarchas,
que son el duro resorte
de las nieblas que se enganchan.
Corre el agua por el río,
sin apenas cantar nada,
dicen que llega algún frío
con su frente levantada.
El Duero marcha orgulloso
con su conciencia lavada,
quisiera verse gozoso
en esta etapa evocada.
Los álamos se entristecen
con sus hojas trastocadas,
y en el suelo prevalecen
por el viento abandonadas.
Entre pinares famosos
y curvas medio encantadas,
los juncos crecen dichosos
en praderas anheladas.
Este Duero de Castilla
que corre por tierras llanas,
a veces es maravilla
sin tener corrientes vanas.
En las praderas del Duero
con el viento en la mañana,
existe el aventurero
que habla de la vida sana.
G X Cantalapiedra.
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